Bien dicen que la danza es el medio perfecto para autodescubrirse y expresar emociones. Aprender a amar al cuerpo propio y disfrutarlo sobre los salones de baile y el escenario no es tarea fácil, pero es posible gracias a maestros como Mia Noel, bailarina y coreógrafa de Ladies Latinas y Ladies Studio, cuya dedicación y pasión por el baile la llevaron a transformar la salsa y la bachata en las herramientas ideales para el empoderamiento de la mujer. En el Día Mundial del Maestro, nos cuenta su historia.
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—Toda bailarina tiene una historia de amor detrás con la danza. ¿Cómo empezó la tuya?
Empecé desde muy chiquita, desde que tenía seis años. Mi colegio siempre fomentaba el arte en las actividades extracurriculares. Me metí a su “Noche de estrellas” y desde ahí empezó el amor. Era un show que todos los años se hacía y me encantó, no había actuación en la que no participara bailando junto a mis amigas del colegio. Así hice clic con la danza desde super chiquitita.
—Pasaste de practicarlo como pasatiempo a hacerlo de forma profesional. ¿Cómo fue ese proceso?
Se volvió algo profesional a los catorce años cuando ingresé a la escuela D1. Por cosas de la vida, llegué cuando recién empezaba en el 2005 con Vania [Masías]. Aún estaba en el colegio y como éramos la primera promoción de bailarines, al toque pasamos a ser parte de la compañía porque la industria no estaba tan desarrollada como ahora. Empezamos a hacer eventos, dictar clases y todo pasaba un poco en paralelo a mi vida en el colegio, lo que hacía con la danza y mi vida universitaria; porque soy economista. Y si bien la universidad me gustaba un montón, mi corazón y mi pasión me llamaban más a la danza. No había lugar en el que yo fuera más feliz que bailando, dictando clases o parada sobre un escenario.
—Dar el gran salto de bailarina a maestra/coreógrafa es una decisión importante. ¿Cómo fue tu primera experiencia como profesora titular?
Me emocionaba y me sigue emocionando un montón, pero era una autologística porque en esa época tú tenías que llevar tu música, hacer tus CDs, quemarlos. En ese momento no estaba tan desarrollada la industria de la danza y las escuelas en Perú, así que era un poco de “enamorar al público a que bailara”. Cada clase era un reto, pero también una felicidad de poder compartir mi pasión con más personas.
—Emprendiste y abriste tu propia compañía y estudio de baile, Ladies. ¿Qué te motivó?
Hace casi 10 años, Ladies empieza porque a mí siempre encantaba la salsa y la bachata, pero nunca encontraba una compañía que desarrollara estas disciplinas al nivel que yo quería. Quería entrenarlo a full, quería competir, quería concursar y no encontraba ese espacio. También, que al ser un baile en pareja, muchas veces depende de los demás. Yo decía “no puede ser que no pueda bailar porque no encuentre pareja” y averiguando, llegué a que también se podía bailar la salsa y la bachata de manera más coreográfica. Es ahí donde creo este grupo de solamente mujeres bailando salsa con las que empezamos a competir a nivel internacional.
—Bailar solo con mujeres te llevó a enseñar exclusivamente a este público...
Sí, empezamos a compartir toda esta experiencia a través de talleres; porque no solamente veíamos que nos estaba yendo bien a nivel personal, sino también sentíamos que el haber roto esa estructura de la salsa y bachata en pareja también nos empoderaba de otra manera y lo queríamos compartir. Fue alucinante. En Perú y casi Sudamérica no había ese tipo de clases, talleres y agrupaciones. Descubrimos que había muchísimas chicas que querían bailar salsa y bachata solas porque justamente les pasaba lo mismo que a mí, que no encontraban pareja o que muchas veces cuando querían bailar se sentían incómodas de la interacción con la otra persona. Desde el inicio fue un éxito. Ya no éramos solo el equipo profesional, sino también se abrieron otros equipos de alumnas.
—Entonces el empoderamiento es el motor de Ladies…
Siempre fue ese propósito el que teníamos: el empoderamiento de la mujer a través de la danza. Eso hizo bastante clic con las mujeres que venían a los talleres y el espacio. Tomamos muchísima importancia al proceso de aprendizaje de cada persona con los niveles, pero eso solo es la parte técnica. Lo que desarrollamos fue una combinación con la dinámica y el acompañamiento; porque no solo vas a clase a aprender pasos, sino que la danza te transforma. Es un proceso de transformación muy bonito que con la adecuada guía (que en este caso son las maestras), puede devenir en un montón de situaciones positivas para uno.
—¿Situaciones positivas que se relacionan con el manejo de emociones?
Sí, de todas maneras, distintos tipos de emociones. Pero igual, la danza en general te trae conocimiento de tu cuerpo y reconocimiento de tus emociones. Te miras frente a un espejo del salón y eso ya es bastante fuerte porque te ves, te gustas, no te gustas. Hay un proceso de “¿qué está pasando? ¿por qué me siento así?”. Y todo ese reconocimiento las profesoras te ayudan a identificarlo y a transformarlo en aceptación, porque uno tiene que aceptar cómo es para empezar a trabajar en uno mismo. Ellas se encargan de esa parte para que tú puedas trabajar juzgándote menos y aceptando tu proceso. Con el tiempo, deviene un proceso de disfrutarte (porque con el baile te disfrutas) y eso deviene en un proceso de mayor seguridad que ya no solamente es tuya, sino también se irradia en otros aspectos de tu vida. Ya no eres tú más segura en clase, sino eres más segura en la calle, en tu trabajo… es un efecto expansivo. Lo irradias, lo contagias y deviene en un empoderamiento total.
Recalcas la importancia del rol de las maestras en este proceso de aceptación y empoderamiento. Para ti, ¿Qué significa ser maestra?
Para mí ser maestra significa una responsabilidad, porque tienes en tus manos el poder de guiar a otras personas hacia su mejor versión. Y ser maestra de danza es una oportunidad para darle herramientas a las demás personas para que se den cuenta de que son capaces de lograr lo que quieran. Si bien la danza es mucha técnica y movimiento, realmente la importancia no está en los pasos, sino en lo que sientes, en la transformación personal que tienes en lo que estás haciendo.
Finalmente, cuéntanos qué proyectos se vienen a futuro o tienes en la mira.
El próximo año cumplimos 10 años con Ladies Studio, así que se vienen muchísimos proyectos. Entre ellos las compañías, con quienes vamos a participar a nivel nacional e internacional. También haremos una renovación de la marca para ver lo que hemos construido y agarrar más fuerza para seguir construyendo. Si bien la pandemia nos golpeó un montón, justamente los proyectos que se vienen son para seguir fortaleciendo nuestro propósito, seguir contagiándolo y seguir abriendo los brazos a las mujeres que quieran compartir con nosotras este aniversario y esta visión de vida donde se busca ser feliz e irradiar todo lo bonito que tenemos.