El Mundial de fútbol suele ser un mes sagrado para ellos. Horas de horas frente al televisor, gritando goles y disfrutando de cada jugada en la máxima competición del deporte rey. Sin embargo, a pesar de las creencias, muchas de nosotras también celebramos la llegada de esta fiesta futbolística.
Un estudio realizado por la FIFA para medir la penetración del fútbol en Brasil antes de iniciarse el Mundial de fútbol reveló que el 53% de la audiencia televisiva de la Copa del Mundo pasada estaba conformado por mujeres, según informa The Wall Street Journal.
“El problema [de creer que las mujeres no gustan del fútbol] es puramente cultural. Vivimos en una sociedad machista, donde no sólo los hombres, sino también a las mujeres, incluidas las madres, decirle a las chicas a una edad temprana que el fútbol es cosa de un niño”, explica Luciane Castro, periodista y comisionada por el Ministerio de Deportes de Brasil.
¿ES HORA DE JUGAR?
Lo mismo sucede con la práctica femenina del fútbol. De acuerdo al reporte, en el 2011, el famoso club Santos, que por entonces estaba pagando unos US$ 450.000 mensuales a su estrella Neymar, decidió cerrar el equipo femenino argumentando la falta de ingresos suficientes para mantenerlo.
“El problema con el fútbol femenino en Brasil es la falta de infraestructura y la inversión, no sólo a nivel nacional sino también a nivel local”, agrega Daiane Bagé, miembro de la selección nacional de Brasil, quien vio a muchas de sus amigas del Santos convertirse en desempleadas de la noche a la mañana.