Un día eres joven y al otro piensas en cómo pasarás tu vejez. Es cierto que las dudas sobre el fin de nuestros días pueden atacar en cualquier etapa del ciclo vital, pero a partir de la tercera década las inquietudes se asientan. Tal como en la serie de Movistar Play, la actriz Gisela Ponce de León confesó en #Dilo con Jannina Bejarano que enfrentó varios dilemas cuando hace poco cumplió 34 años.
Antes de llegar a los 34 años, la talentosa actriz no había sentido la crisis de los 30. “Cuando cumplí 30, la verdad no”, expresa. Cuatro años después las cosas cambiaron, pero no por la presión cultural por casarse y establecerse laboralmente, sino por una percepción muy personal. “No me quiero poner densa, pero todos vamos a envejecer y luego nos vamos a ir”. También empezó a cuestionarse sobre el tiempo que pasaba con su familia, sobre ordenar su vida para pasar más tiempo con ellos y cuidar mejor su salud. “He empezado a pensar en mi vejez y cómo me gustaría vivirla”, revela. En su proyecto quisiera contar con dinero suficiente para vivir tranquila sin depender de nadie. “Me gustaría estar tranquila en una playa o en el campo”.
Para la protagonista de la obra teatral Mi nombre es Rachel Corrie, el tema de la vejez tiene más implicancias que pensar en el final de la vida. Se trata de reivindicar una etapa de la vida que ha perdido su valor. “Antes a las personas mayores se les trataba como si fueran sabios, la gente iba a pedirles consejos. Tenían una utilidad todavía”, refiere con inquietud. “No sé si es solo aquí (en Perú), pero la gente es vieja muy joven. Yo tengo recuerdos de gente de mi familia de cuarenta diciendo: me han sacado porque estoy vieja. ¡Y no estaban viejos!”.
“Me gustaría hacer que la vida de las personas mayores sea más digna, que tengan accesos a mejores tratamientos de salud y que la sociedad los vea como personas útiles para que no sea una etapa triste de la vida”, añade. Y aunque aclara que no le teme a la muerte, el vacío que pueda sufrir cuando su familia se vaya, sí la atemoriza. “Me gustaría ser lo suficientemente fuerte cuando llegue ese momento”, expresa en #Dilo.
Miedo a la maternidad
Dentro de los múltiples proyectos que concentran su atención y su trabajo, Gisela Ponce de León aún no se ve con hijos en el futuro. “A mí me gustaría tener mi casa con mi compañero (pareja) y ver qué pasa, pero no tengo la fantasía de los hijitos en el jardín”, señala. En un sentido autocrítico, sabe que aún está en proceso de construirse a ella misma. “Me gustaría sentirme mucho más sólida conmigo antes de intentar pasarle todas mis cosas buenas a un niñito”. Parte de no sentirse lista la hace pensar en que si tuviera un hijo “estaría muy ansiosa y encima de él”. A Gisela le gustaría ver cómo se va desarrollando el mundo tan difícil en el que vivimos antes de traer un niño. “Me asusto pensando en la posibilidad de explicarle a un niño cómo es la vida”, añadió.
A lo largo de la entrevista en el programa de espectáculos de El Comercio, la galardonada actriz habló, por primera vez, de algunos secretos de su vida sentimental y confesó que actualmente tiene problemas para entablar relaciones amorosas. Y como no podía ser de otra manera, Gisela participó en el juego de #Dilo, Impro en ABC, en el que se puso en el papel de Stephy Beach, una limeña superficial que debe aconsejar a su mejor amiga ante la infidelidad de su enamorado.