Las personas se hacen tatuajes por distintos motivos, uno de ellos es rendir un homenaje a los seres queridos que ya no están con ellos como una forma de sentirlos cerca en todo momento. Sin embargo, Kim Mordue convirtió esta idea en realidad.
Luego de perder a su hijo Lloyd de 20 años, Kim Mordue decidió recordarlo de una forma especial y se hizo un tatuaje en su honor. El detalle es que añadió sus cenizas a la tinta que luego pondrían en su piel. “He regresado a mi hijo a donde todo comenzó, está en mi cuerpo de nuevo”, dijo.
Ella eligió hacerse un ángel liberando una mariposa y un poema dedicado a Lloyd en la parte baja de la espalda. El encargado de dibujarlo fue su esposo David que trabaja como tatuador. “Me pasé mucho tiempo buscando el diseño perfecto, ahora mi hijo estará conmigo por el resto de mi vida”, añadió Kim.