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Las responsabilidades y obligaciones del día a día pueden llegar a ser demasiado agotadoras al consumir la mayor parte de nuestro tiempo y energía. Sin embargo, no es motivo para que sucumbas a la monotonía y vivas en modo automático, pues puedes terminar perdiéndote a ti misma en el camino. Por eso, la psicóloga Valeria Paredes explica qué puedes hacer para enfocarte en tu propio bienestar y recuperar esa conexión con tu yo interior.
Reconocer cómo te sientes es el primer paso para ser honesta contigo misma. No debes sentir vergüenza ni pena, pues todas las emociones son válidas y es necesario experimentarlas (placenteras o no). “Si reprimes tus emociones, te afectará a largo plazo”, afirma la psicóloga, pues negarlas no hará que desaparezcan, sino al contrario, se acumularán y te afectarán negativamente en múltiples aspectos de tu vida.
La autocrítica constructiva se trata de evaluar tus pensamientos y conductas con el objetivo de mejorar y crecer personalmente. De acuerdo a la psicóloga, es una práctica que facilita la toma de decisiones con mayor madurez, pues “si aprendes a desarrollar un pensamiento autocrítico y adaptativo, tus emociones y conductas serán funcionales, racionales y te generarán una sensación de bienestar”.
Las técnicas de relajación como la meditación o el mindfulness nos ayudan a conectar nuestros sentimientos y emociones con el cuerpo, según la especialista. El yoga también es una buena opción para tomar conciencia sobre cómo nuestro cuerpo reacciona frente a nuestras emociones.
El concepto que tú tienes de ti misma es el que más debe importarte. La estima o el respeto que los demás puedan tener sobre ti pierde relevancia si tú no te valoras lo suficiente; pues de acuerdo a la psicóloga, tu principal fuente de amor debe provenir de ti misma. Reconoce qué es lo que te hace especial y celébralo, por más pequeño que pienses que sea.
El autocuidado es la mejor forma de demostrar tu amor propio (y además eleva tu buen ánimo y autoestima). Por eso, enfócate en las experiencias que te brindan bienestar no solo de forma ocasional, sino en tu día a día y tanto a nivel físico como mental. Haz ejercicio, come rico y saludable, escribe en tu diario, escucha tu canción favorita y cántala a todo pulmón. Tu cuerpo y alma son tus más preciadas posesiones, así que dedícales el tiempo necesario a fortalecerlas.
En el equilibro está la base del bienestar. Por eso, la especialista recomienda pasar tiempo de calidad con uno mismo para despejar tu mente de las preocupaciones externas y así puedas enfocarte en lo que te gusta a ti. Sal a pasear, toma un café, ve al cine o simplemente disfruta de la comodidad de tu hogar leyendo un libro o viendo tu serie favorita.
Mantenerte en tu zona de confort puede ser cómodo y generarte una falsa sensación de satisfacción y paz, pero pierdes nuevas oportunidades de crecimiento e incluso, puede que desarrolles pensamientos de arrepentimiento y angustia. Por eso, la psicóloga recomienda empezar a experimentar nuevas situaciones poco a poco, a tu propio ritmo y velocidad. Verás que los nuevos escenarios no son tan malos como imaginabas.
Los extremos no son saludables y mucho menos si te vuelves dependiente de uno de ellos. En tiempos en que la exigencia laboral traspasa los límites de lo personal, es necesario que seas tú quien le ponga un alto para que puedas enfocarte en ti. Lo mismo pasa con el entorno social, estar demasiado pendiente de los demás hará que poco a poco te pierdas a ti misma. Por eso, la psicóloga afirma que lo mejor es dividir tu tiempo y atención entre todos los aspectos de tu vida de la forma más armoniosa posible. Dedica un tiempo a tus obligaciones, otro a tus amistades, familia o pareja, y otro a ti misma; pues absolutamente todos influyen directamente en tu bienestar diario.
Está bien que dediques tu tiempo al trabajo, pero también debes hacerlo a las personas que te rodean; pues si tienes vínculos sanos y duraderos, esa sensación de bienestar nunca te abandonará aunque te encuentres en situaciones inesperadas que escapen de tu zona de confort.
No hay personas mejores que otras, por lo que compararte constantemente con los demás a tu alrededor no te llevará a nada bueno. Enfócate en el camino hacia tu propio crecimiento y deja de lado la idea de que tienes que cumplir con un estándar o mínimo para encajar y ser aceptado. Pues de acuerdo a la especialista, esto sólo ocasionará que sientas más emociones negativas (irritabilidad, insatisfacción, apatía, entre otras), además de que exista mayor posibilidad de que desarrolles problemas de identidad y autoestima.
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