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Y llegó el tan esperado día de la boda del hermano menor de Gerard Piqué. Un evento rodeado de especulaciones y rumores donde el ex jugador del Barça y su nueva pareja, Clara Chía, eran el centro de atención. Siendo ésta última quien empezó a generar revuelo, no sólo por su asistencia (y no la de los hijos de Piqué), sino también por la elección de su look para tan especial evento.
En la primera fase de la romántica boda celebrada en Barcelona, la religiosa, la polémica pareja que asistió sin los hijos de Piqué (Milán y Sasha) por razones referentes al acuerdo con Shakira, salió por una de las puertas secundarias de la iglesia sosteniéndose de las manos y con sendas sonrisas en el rostro. Su paso fue breve y discreto para evitar a la prensa, pero aún así se pudo apreciar la elección de moda de Clara Chía.
Escondiendo la mirada tras gafas de sol oscuras, Clara apostó por un sencillo maxi vestido tejido de textura ‘rib’ metalizada clave dorada con tirantes delgados y escote en forma de V. Un sobrio atuendo de Victoria Becham cuyo precio aproximado ronda los 1000 dólares. Como complemento, la joven veinteañera se enfundó en unas sandalias de base nude y correa de vinilo transparente. Junto a ella, Piqué llevó un look igual de sencillo protagonizado por un traje azul marino, camisa blanca y pañuelo a tono.
Y aunque el look de Clara Chía empezó a ser criticado por algunos internautas que alegaban que no era apropiado para una boda de tal magnitud, lo cierto es que intentó ceñirse a su propia manera al código de vestimenta requerido: hombres en traje oscuro y corbata y mujeres con vistosos y coloridos vestidos fluidos con un calzado cómodo y apropiado para la ocasión (incluso recomendaron que no usen tacones aguja). Una drástica decisión que corresponde al lugar en el que se celebró la boda. La ceremonia religiosa fue en la parroquia de Sant Vicenç de Montalt mientras que la fiesta posterior en los espectaculares jardines de una residencia de la familia de la novia que data de los años 40, ubicada en la costa catalana.
Así, Clara Chía, Gerard y los demás invitados a la boda de Marc Piqué y María Valls disfrutaron de un magnífico evento que, por desgracia, no contó con los sobrinos del novio, pero sí con la nueva pareja del futbolista, quien además al parecer tiene una muy buena relación con la novia y el resto de la familia del futbolista español.
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