Luego de dos décadas, una de las parejas más queridas de Hollywood volvió a creer en el amor. Luego de unos meses saliendo juntos, Jennifer López y Ben Affleck decidieron darse el “sí quiero”, una promesa que quedó pendiente desde su separación en el 2003. Lo hicieron en una ceremonia inesperada, rápida e íntima en Las Vegas. Sin embargo, la pareja decidió compartir su amor con sus familiares y amigos más cercanos en una segunda boda, esta vez en la mansión de Affleck en Georgia.
La celebración que tuvo lugar este fin de semana, se llevó a cabo en los jardínes y el muelle de la propiedad. Según TMZ, la pareja llegó en bote a la ceremonia. Con todos los invitados vestidos de blanco, con excepción del pantalón negro de Affleck, las imágenes parecen sacadas de un cuento de hadas. Entre los nombres más resaltantes, estuvo el de Matt Damon, gran amigo de la pareja.
Pero, por supuesto, quien se robó las miradas de todos fue la novia. Jlo derrochó romanticismo con un vestido blanco de cuello redondo, mangas cortas fluidas y silueta sirena pegada al cuerpo. Aunque aún no se aprecia bien en las imágenes tomadas desde el cielo, parece que el diseño lleva un escote pronunciado en la espalda. Para la cola, la cantante optó por una pomposa, con volados de distintos tamaños. El toque final lo dio el velo blanco liso y de tamaño XL. Aunque no se tiene claro la firma detrás del vestido, la revista Harpers Bazaar señaló que se trataría de la casa Ralph Lauren.
En cuanto a la decoración de la boda, todo se llevó a cabo en tono blanco y con arreglos florales. En las imágenes se ve un camino blanco que llevó a una tabladillo del mismo color donde se encontraba el altar y las sillas para los invitados. Todo cubierto de flores blancas y velas cálidas que sumaron al ambiente romántico.