Sampaoli, uno de los técnicos más fanáticos en Brasil 2014
Sampaoli, uno de los técnicos más fanáticos en Brasil 2014
Redacción EC

no es un entrenador cualquiera. Se puede decir de él que es frenético, hiperactivo y obsesivo, pero quizás la palabra que mejor lo defina sea fanático, o incluso fundamentalista. No obstante, su fanatismo es sano, enfocado solo al fútbol y se nutre de la obsesión que tiene por , cuyo estilo y conocimientos, los emula en su estancia en Belo Horizinte por la cita mundialista.

Basta con escuchar a los integrantes de la para darse cuenta hasta qué punto este técnico que solo jugó al fútbol en ligas regionales, les ha inyectado el virus de su pasión.

Desde su llegada a la concentración de Toca de Raposa II, el centro de entrenamiento que el Cruzeiro posee en un rincón de Belo Horizonte muy alejado del ruido de la ciudad, el plantel de La Roja no ha visto la capital mineira más que en los traslados en autobús hasta el aeropuerto. Y eso incluye al numeroso cuerpo técnico que lo acompaña. Veinticuatro horas diarias dedicadas a preparar cada partido como si en él se jugara el destino de la humanidad.

Pero nadie se queja, nadie esboza un gesto de fastidio. Sampaoli los ha contagiado a todos.

"Ningún otro entrenador que he tenido se le compara en su forma de trabajar, en su forma de vivir el fútbol", dijo hace semanas a la agencia DPA Marcelo Díaz, volante central de la selección y tal vez el hombre que mejor haya entendido las enseñanzas del hombre que comenzó su carrera en Casilda, el pueblo donde nació hace 54 años, y que nunca dirigió en el fútbol grande de su país, Argentina.

Casilda, situada en plena pampa cerealera, dista apenas 50 kilómetros de Rosario, la ciudad de Lionel Messi, pero también la de Marcelo Bielsa, y es imposible hablar de Sampaoli sin asociarlo al flamante técnico del Olympique de Marsella, su inspirador, su ídolo.

LA OBSESIÓN DE SAMPAOLI POR MARCELO BIELSA

En los 90, cuando el "Loco" Bielsa empezó a darse a conocer en Newell's, Sampaoli, conocido como "el Zurdo", recorría la distancia los días de conferencia de prensa, las grababa y después las escuchaba una y otra vez a través de los auriculares mientras salía a correr por los campos del pueblo.

Destripar cada detalle del discurso de Bielsa fue el puntapié inicial de su carrera. Y le marcó el método de trabajo, el amor por el estudio. Porque Sampaoli es, por sobre todas las cosas, un analista compulsivo capaz de explicar paso a paso el funcionamiento de todo equipo que le interese. Y de compartir la información con sus jugadores.

Lo demostró en cuanto se hizo cargo de la selección, en un momento delicado para Chile en las eliminatorias para el Mundial, enviándoles videos a los futbolistas que militan en Europa para enseñarles cómo se movían los siguientes rivales en los partidos de clasificación.

Nada se escapa a la parabólica del "Zurdo". "España no es la misma que en el Mundial anterior. La veo más aburguesada. Alemania tiene jugadores con mucha calidad, pero cuando no puede recuperar la pelota le cuestan mucho las transiciones a las espaldas del mediocampo". Y así con los 32 conjuntos que están en Brasil. Porque como afirma Díaz, "Sampaoli no deja ningún detalle al azar. Nadie se puede igualar a él".

Por eso no es de extrañar que cada movimiento y cada gesto del técnico argentino y de todos sus colaboradores tengan su significado. Se pudo comprobar durante los días previos al debut ante Australia, cuando la actualidad de Chile se resumía en conocer el estado físico de Arturo Vidal.

Sampaoli jugó al gato y al ratón durante toda la semana. El jugador de la Juve aparecía y desaparecía en los 15 minutos diarios que permite la presencia de los medios -el secretismo en el trabajo es otro legado que heredó de Bielsa-, la información era parcial y ambigua, y la realidad solo se supo cuando se dio a conocer la alineación de La Roja: Vidal había estado entrenando a escondidas, cuando nadie lo veía. Y, más difícil aun de conseguir, la noticia prácticamente no se había filtrado más allá de los muros de Toca de Raposa.

Claro que nada de esto valdría si después no se plasmara en juego y resultados. Pero en el caso de Sampaoli sí lo hace. Sus equipos -antes la Universidad de Chile varias veces campeón de su país y de una Copa Sudamericana, ahora la selección- son fiables, reconocibles y ganadores. Y también transparentes. "Lo que más me ha llegado de Bielsa es la determinación con la que defiende la idea de que el equipo sea constantemente protagonista", subraya Sampaoli, y no engaña.

Todos saben a qué juega Chile. Pero más que nadie lo saben sus futbolistas, esos que sueñan con hacer historia en , contagiados hasta los huesos de la linda locura del "Zurdo" de Casilda.

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