Miguel Villegas

Un día después de la decisión tomada por la FPF sobre la “insostenible” continuidad de Reynoso, el clima sobre la selección se parece al de un bombardeo: humo sobre la ciudad. Humo de disparos cruzados, humo en las redes sociales. Lo que era la isla de la fantasía se ha convertido, seis partidos de Eliminatorias después, en un lugar irrespirable e invivible. La responsabilidad, por supuesto, no es solo de Juan Reynoso, el técnico que hasta ayer, según versión de su agente, “no quería bajarse del barco”.