FABIOLA TORRES LÓPEZ El Comercio
Carlos Vidal Vidal, sindicado como el financista de la recolección de firmas del Comité Revocador de la alcaldesa de Lima, Susana Villarán, se gana la vida como pintor de propaganda electoral y carpintero en Puente Piedra. Este hombre, de 58 años, no posee ni casa ni automóvil propios y registra denuncias por usurpación de un terreno en la Fiscalía Norte de Lima, pero los integrantes del Comité Revocador se refieren a él como la persona del dinero.
Su nombre apareció por primera vez en la lista de las nueve personas que compraron un kit pro revocación de Villarán en enero pasado. Vidal tiene el código RV140008, el mismo que figura en los planillones que personas vestidas con chalecos rojos con el lema “Revoquemos a Villarán” hacen circular por calles y playas de la ciudad.
¿Pero por qué, a diferencia del resto de dirigentes que se oponen a la alcaldesa, Vidal no da la cara? ¿De dónde sacaría los tres mil soles diarios que –según los revocadores consultados– se invierten en cada jornada de recolección de firmas? Desde la semana pasada buscamos a Vidal en cuatro direcciones distintas que él, su esposa y sus cuatro hijos declararon en registros oficiales, pero ninguna le pertenece. Incluso, en el domicilio de la calle José Gálvez 392, en Puente Piedra, conocimos que fueron desalojados hace dos años tras un juicio con los dueños de la propiedad, la familia Kitano.
El abogado Marco Tulio Gutiérrez, vocero del Comité Revocador, se negó a dar referencias de Vidal. “¿Para qué quieres saber de él? No tiene importancia”, dijo a El Comercio.
EL REVOCADOR FANTASMA La historia del Comité Revocador empezó el 4 de enero pasado con cuatro integrantes: Marco Tulio Gutiérrez, del Instituto Peruano de Administración Municipal; Mario Arce, de la Confederación Nacional de Mototaxis del Perú; Edwin de la Cruz, del Comité de Vecinos de Lima; y el general PNP Wilson Barrantes, del Colectivo Ciudadano del Sur de Lima.
Los cuatro decidieron unirse para recolectar las 400 mil firmas requeridas para la revocación.
Carlos Vidal se convirtió en el quinto integrante del comité a propuesta de Gutiérrez, quien le dijo al grupo que Vidal aportaría el dinero que demandaría el recojo de firmas y se usarían solo los planillones de su kit electoral. Todos aceptaron. Sin embargo, Vidal nunca estuvo en las cuatro reuniones que hubo en casa de Gutiérrez, en La Molina, durante enero y febrero.
LA CONEXIÓN POLÍTICA La relación cordial del grupo cambió cuando aparecieron los audios de Marco Tulio Gutiérrez que revelaron sus intereses particulares (promocionar su instituto municipal) para impulsar la revocación. Así, el pasado 21 de febrero, Edwin de la Cruz renunció al Comité Revocador y reveló que Gutiérrez –quien brindó asesorías externas a la Municipalidad de Lima durante la gestión de Luis Castañeda – se comunicaba por teléfono con el ex alcalde para coordinar el apoyo económico a la revocación.
De la Cruz también conminó a Carlos Vidal a dar la cara y exponer sin misterio a quién representaba y quién lo financiaba. “Lo único que sé de él es que ha sido empleado de José Luna Gálvez, congresista y actual secretario general de Solidaridad Nacional (SN). Eso me lo dijo el propio Gutiérrez”, aseveró.
Ni Luna ni Gutiérrez dieron una entrevista a este Diario para encarar el tema. Voceros del legislador dijeron que SN ya difundió un comunicado que rechaza cualquier vinculación con la revocación a Villarán.
Otro miembro del Comité Revocador que hoy se aleja es el general PNP Wilson Barrantes, quien también le exige a Carlos Vidal salir al frente para aclarar quién es el verdadero financista de la revocación.
Salvo una fotografía que hace unos días apareció en la página web (revocatoriaalcaldesdelima.org), donde aparece Vidal, nadie ha visto al mentado financista.