Adulto mayor: La aventura de mantener una chacra en casa
Redacción EC

A la hora del riego, el agua chorrea desde unas botellas de plástico cortadas a la mitad, que hacen las veces de macetas, hacia otras similares situadas unos centímetros más abajo, también colgadas en la pared.

Los alumnos y alumnas del taller de biohuerto del Programa del Adulto Mayor de la se enorgullecen por usar esa tecnología para hidratar verticalmente la tierra de una decena de estas macetas recicladas, de las que en unas semanas surgirán lechugas.

En el pequeño biohuerto acondicionado en el jardín interior de la Casa del Adulto Mayor de ese distrito, ubicada en la cuadra 2 de la calle Enrique Miranda, diez adultos mayores aprenden los secretos del cultivo de plantas alimenticias, aromáticas y medicinales.

Vecinos de la tercera edad de San Borja practican técnicas de bihuerto en la Casa del Adulto Mayor de ese distrito, ubicada en la cuadra 2 de la calle Enrique Miranda. (Foto: Giancarlo Shibayama / El Comercio)

Aunque algunas plantas aún no germinan, la bióloga Silvia Vásquez, profesora del taller, indica a El Comercio que ahí, además de lechugas, se han plantado, tanto vertical como horizontalmente, rabanito, hierba buena, manzanilla, menta, romero, acelga, beterraga, zanahoria y espinaca.

Las personas adultas mayores han aprendido, clase a clase, a tratar la tierra para volverla fértil, añadiéndole compost y humus, para luego introducir delicadamente en ella las semillas o los plantones de las especies que buscan cultivar.

La profesora explica que el compost está hecho de desechos orgánicos vegetales, es decir, cáscaras de frutas y hojas de verduras. El humus, por su parte, es un compuesto que parece tierra marrón y que se logra a partir de la descomposición de materias orgánicas presentes en la capa superficial del suelo, como las lombrices.

Acá los adultos se desestresan. Es como una terapia que les da tranquilidad y serenidad, y a la vez los mantiene ocupados y con el cuerpo en movimiento”, detalla Vásquez.

“Al cuidar a una planta, siento como si estuviera atendiendo a un bebe. Plantamos en el suelo, pero también en macetas, cajones y botellas. En mi casa tengo macetas grandes. Ahí tengo culantrillo y membrillo, entre otras especies”, dice Yolanda San Miguel Llamas, de 74 años, alumna del taller de San Borja.

Yolanda San Miguel es una de las alumnas del taller de biohuerto del Programa del Adulto Mayor de la Municipalidad de San Borja. Dice que cuida a las plantas como si estas fueran niños pequeños. (Foto: Giancarlo Shibayama / El Comercio)

NEGOCIO EN CIERNES

tiene biohuertos en tres de los 38 Centros del Adulto Mayor (CAM) que tiene en Lima. Están en el de Ate, Chorrillos y Pablo Bermúdez (Jesús María).

Les enseñamos, por ejemplo, a plantar 20 lechugas orgánicas en un metro cuadrado de tierra. Para hacer eso en sus casas, ellos invierten solo 10 soles en agua, fertilizantes y semillas. Luego venden cada lechuga a 1 sol y algunas las consumen en casa. En los mercados, cada lechuga vale 3 soles, pero igual ellos ganan”, detalla el ingeniero agrónomo Luis Jara Vidalón Vega, responsable del programa de biohuertos de Essalud.

En el resto de CAM también se dan charlas sobre estos temas y se practica en macetas. 

El municipio de Lince tiene, a su vez, un programa de capacitación de cultivo hidropónico en techos de casas dirigido a adultos mayores, en el que la lechuga y el tomate son estrellas.

CUATRO VENTAJAS DEL SEMBRADO DOMÉSTICO

Para el economista , hay cuatro claras ventajas derivadas del hecho de que los adultos mayores mantengan un biohuerto en casa si las condiciones de espacio lo permiten. 

La primera es que así se da un uso productivo a techos y jardines. “Muchas personas usan los techos como botaderos de basura. El tener cultivos hidropónicos allí los vuelve productivos”, dice González Izquierdo. Lo mismo sucede con los jardines, que no solo pueden servir para plantas estéticas, ya que, con fertilizantes, la tierra puede producir plantas alimenticias. “Con todo ello, también gana el medio ambiente”, indica.

Una segunda ventaja –explica– es que con la venta de sus lechugas, hierbas y otros productos, los adultos mayores se generan ingresos económicos adicionales, “que aunque no son muchos, siempre caen bien”. La tercera es que ellos comienzan a desarrollar técnicas propias de producción, como el riego vertical por chorreo. 

La cuarta, según el economista, es que esta actividad ayuda a mantener la buena salud.

CLAVES

CUESTIÓN DE TIEMPO

En biohuertos, en 30 días el rabanito está listo para la cosecha; en 60, la beterraga; y en 45, la lechuga.

PLAGUICIDAS NATURALES

Todo en los biohuertos debe ser natural. Por ejemplo, el rocoto molido sirve como insecticida.

TECHOS VERDES

El programa linceño de cultivo hidropónico de lechugas y tomates en los techos ya ha beneficiado a 150 vecinos, la mayoría adultos mayores, quienes son capacitados por especialistas de la Universidad Nacional Agraria. La hidroponia usa disoluciones minerales en vez de suelo agrícola.

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