Republic, el grupo que quiere empañar la coronación de Carlos III (y que representa a cada vez más jóvenes británicos)

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En 1675, el rey Carlos II ordenó instalar la enorme estatua de bronce de su predecesor -la cual había sido retirada durante la Guerra Civil- en la Plaza de Trafalgar, en pleno corazón de Londres.

Actualmente es la estatua de bronce más antigua de la capital inglesa. Y este sábado 6 verá nuevamente a un grupo de gente exigiendo el fin de la monarquía.

La Plaza de Trafalgar ha sido el lugar escogido por Republic, un grupo antimonárquico nacido en 1983 bajo el nombre de Campaña por una República Democrática y rebautizado en 1999 con su nombre actual, para convocar a la manifestación “Not my King” (No es mi rey, en español).

Desde sus primeros días, los republicanos han realizado diferentes campañas y acciones buscando la abolición de la monarquía y la creación de una república democrática en el Reino Unido.

Si bien sigue siendo una agrupación minoritaria, con el relevo en la casa real y sus problemas internos no hay duda de que Republic, que es “apolítica”, está ganando protagonismo.

De acuerdo con su consejero delegado, sus ingresos por donativos en los últimos meses se acercan a las 300.000 libras (más de 341 mil dólares) y este mes han ganado unas 37.000 libras (alrededor de 42 mil dólares) con la venta de material antimonárquico.

Por ello, la coronación de Carlos III será para estos activistas una ocasión sin precedentes.

MANIFESTANTES EN LA MIRA

Siendo el evento monárquico más importante de los últimos 70 años en territorio del Reino Unido, la coronación de este sábado 6 se presenta como la tribuna perfecta para que Republic lleve adelante su mensaje en contra de una institución que consideran anacrónica, corrupta y antidemocrática.

Graham Smith (48), líder de Republic, califica esta ceremonia como “una celebración de una institución corrupta. Y es una celebración de un hombre que asume un trabajo que no se ha ganado”.

Los organizadores esperan que la protesta consiga convocar a entre mil y 1.500 manifestantes, quienes además de ubicarse en Trafalgar se posicionarán en puntos clave de la procesión que realizarán el rey Carlos III y la reina consorte Camila desde la Abadía de Westminster hasta el Palacio de Buckingham.

Y, pese a que Republic se ha esforzado en asegurar que la protesta será ruidosa pero no violenta, las autoridades británicas han preferido tomar sus precauciones al respecto.

En primer lugar, el gobierno envió una carta al grupo advirtiendo de la entrada en vigencia de la nueva Ley de Orden Público, que amplía los poderes de la policía ante protestas y manifestaciones.

Smith expresó su sorpresa por la carta, la cual calificó de “intimidatoria”, aunque esto no ha modificado sus planes para el sábado. “Hemos estado en estrecho contacto con la Policía sobre la protesta durante semanas. Nos hemos reunido con ellos, y nos han dicho claramente que no tiene ningún problema con nuestros planes”, aseguró.

Cuestionado al respecto en Radio 4 de la BBC, el secretario de Estado de Seguridad, Tom Tugendhat, explicó que estos “nuevos arreglos” están destinados a “permitir que el Reino Unido pueda exhibir durante la coronación su libertad y su democracia”.

Los antimonárquicos “tendrán libertad para protestar pero no para perturbar a otros. Ahí es donde marcamos la diferencia”, añadió.

LA OPINIÓN DE LOS JÓVENES

Si bien se espera que millones de británicos vean la transmisión de la coronación y asistan a acompañar el recorrido de los reyes, otros tantos millones participarán de actividades contrarias a la realeza, protestarán o simplemente ignorarán el acontecimiento.

Lugares como el Newington Green Meeting House de Londres, que ha sido un sitio de reunión para disidentes religiosos y radicales durante 300 años, está organizando una “fiesta comunitaria alternativa”, completa con comida, bebida y música “radical y republicana”.

Otros asistirán a eventos alternativos, incluido un concierto en Glasgow de la banda tributo Scottish Sex Pistols, para recuperar el espíritu de los punks que cantaban “Dios salve a la reina, el régimen fascista” durante el jubileo de plata de la difunta reina en 1977.

Para Smith, esto será el reflejo de una juventud cada vez más ajena a la figura de una monarquía en estos tiempos. Un fenómeno que parece haberse acelerado tras el fallecimiento de Isabel II.

Hasta la fecha la desaparecida monarca mantiene una popularidad del 80% y el 58% de británicos consideran que hizo un “muy buen trabajo” durante su tiempo en el trono, según la encuestadora YouGov.

Sin embargo, cabe recordar que Isabel es la figura más popular de la corona británica, por lo que estas cifras no acompañan al resto de la casa real.

Por el contrario, un estudio reciente del Centro Nacional de Investigaciones Sociales refleja que solo el 29% de los encuestados piensa que la monarquía es “muy importante”, el nivel más bajo en los 40 años de investigación del centro sobre el tema.

Esta tendencia, además, está más presente entre los jóvenes.

Una reciente encuesta de YouGov entre 4.592 británicos reveló que solo un 32% de los jóvenes entre 18 y 24 años apoya la institución monárquica, mientras que un 38% querría un jefe de Estado electo, con un 30% de indecisos.

Un 58 % del total (y un 78% de los mayores de 65 años) la respalda -frente a un 26% que se opone-, pero este porcentaje esta lejos del 88% que la consideraba muy importante en 1969, explicó a la agencia EFE el politólogo John Curtice.