Tiempo de tomar decisiones, por Óscar Vidarte A.
Tiempo de tomar decisiones, por Óscar Vidarte A.
Óscar Vidarte A.

Las elecciones primarias en Iowa y Nuevo Hampshire han dejado algunas conclusiones interesantes. A pesar de ser estados pequeños y no representar la heterogeneidad de un país como Estados Unidos –al ser una población fundamentalmente blanca y rural–, brindan un primer acercamiento acerca del interés de una parte del electorado norteamericano. 

Por el lado demócrata, lo que hasta hace unos meses parecía que iba a ser una carrera fácil para Hillary Clinton, hoy es una elección bastante disputada entre la ex secretaria de Estado y Bernie Sanders, quien no es Barack Obama, no tiene su discurso, pero comienza a despertar pasiones y una esperanza de cambio que el actual presidente en algún momento generó en la gente. Claro, Obama no se autodenominaba socialista, lo cual no debe ser del agrado del ‘establishment’ demócrata.

Por el campo republicano, pese a la derrota de Donald Trump en Iowa –sorpresiva para las encuestadoras–, el multimillonario candidato superó largamente a sus rivales en Nuevo Hampshire. El ‘establishment’ republicano, en su búsqueda de un candidato que represente su tradicional conservadurismo pero también pragmatismo, debe encontrarse muy preocupado por el favoritismo de alguien tan lejano al partido como Trump y de un político extremadamente dogmático como Ted Cruz; mientras que las alternativas Marc Rubio o Jeb Bush (mucho más cercanos al credo tradicional republicano) no alzan vuelo. 

Si el tercer lugar de Rubio en Iowa creó expectativas, su débil 11% en Nuevo Hampshire ha generado más dudas que certezas. Considerando la presencia relevante del Tea Party, el recuerdo de un ex presidente como Ronald Reagan debe generar una gran nostalgia entre muchos republicanos.

La próxima semana las primarias toman un nuevo rumbo. Nevada y Carolina del Sur tienen una población latina y afroamericana de gran consideración, respectivamente, que obligan a los candidatos a modificar su discurso. Las encuestas no parecen favorecer a Sanders, le dan una importante ventaja a Clinton, pero si, aun perdiendo en ambos estados, reduce la diferencia, puede seguir dando batalla. La carrera demócrata puede decidirse en unos pocos días.

En el bando contrario, los republicanos tienen el reto de responder qué harán en materia de migración, violencia, desigualdad, acceso a programas sociales, derechos de las mujeres, temas que han alejado a ese partido de minorías que en muchos estados ya constituyen una mayoría. El radicalismo de sectores que hoy dominan la escena republicana olvida los cambios demográficos que ha vivido Estados Unidos en las últimas décadas. Por ende, el debate a partir de ahora no solo será fundamental para la elección del candidato republicano, sino también en el destino del postulante ganador en la elección para presidente del país. Los demócratas parten con una importante ventaja.

Por lo pronto, Iowa y Nuevo Hampshire han servido para limpiar el terreno. Solo en estas dos últimas semanas han renunciado Martin O’Malley, Rand Paul, Rick Santorum, Mike Huckabee, Carly Fiorina y Chris Christie. 

La competencia recién empieza, postulantes como Sanders y Trump han logrado cambiar la campaña introduciendo temas y formas que en otras circunstancias no habrían sido relevantes. Su futuro lo sabremos en poco tiempo.