VANESSA ROMO
Severino Castro tiene la mirada congelada en los recuerdos de su infancia. l naci en 1917, cuando su Chucatamani, en la provincia tacnea de Tarata, era un pueblo ocupado por Chile. Desde pequeo entendi que las peras gordas y los membrillos jugosos que nacan de los rboles no eran los smbolos de su pueblo, sino el herosmo. Todas las familias de Chucatamani, junto a la suya, escaparon en 1885 de la invasin chilena, cruzaron el ro Sama hacia territorio controlado por el Per.
Luego de la Guerra del Pacfico, el tratado de Ancn en 1883 determin que el lmite entre el Per y Chile sera el ro Sama. Dos aos despus, el pas sureo consider que eso inclua a Tarata, y Chucatamani dej de ser peruana.
Mi padre Domingo era el gobernador del pueblo era muy alto mi padre. l mat a un chileno porque pas al lado peruano, l quera defendernos, dice don Severino con unos 95 aos que no parece tener. Aunque ha perdido un poco la capacidad de or, su memoria est intacta. Su nieto Jorge es el interlocutor de sus recuerdos.
Abuelo, qu ms pasaba?.
Todos tenamos que escapar en la noche hacia la cima del cerro, hijo. No podamos dormir donde nuestros padres haban construido porque los chilenos cruzaban el ro y mataban a los peruanos y lo apuntaban en su libreta.
Don Severino recuerda un par de Fiestas Patrias que vivi en el pueblo refugiado. Pasebamos con la bandera, pero los chilenos disparaban al aire para que nosotros no celebrramos, dice. El 1 de setiembre de 1925, cuando Tarata y Chucatamani fueron devueltos a los peruanos, el anciano recuerda llantos de alegra. Pero ya nadie celebra ese da, cuenta.
RECUERDOS DE RESISTENCIA Pronto ser da de fiesta en Chucatamani. Las banderas blanquirrojas de papel mach bailan con libertad en medio de sus calles, cruzan la plaza principal, alguna incluso llega volando al ro Sama, que est a los pies del pueblo.
Adela Serrano ha llegado desde Tacna a celebrar con su pueblo el aniversario de su creacin poltica. En medio de la visita, es una tradicin ir tambin la casa que sus padres construyeron cuando durante 40 aos Chucatamani no era peruana.
Luego de cruzar el ro, hay que subir una cuesta empinada rodeada de frutas colgando al sol. La casa de su familia est al inicio de lo que era el pueblo de la resistencia y es la mejor cuidada. An conserva el techo de madera que le daba sombra a Adela cuando de nia observaba desde ah a Chucatamani. Ahora tambin lo hace mientras recuerda las historias que su padre Nicols le contaba.
Una ta ma muri luego de ser violada por los chilenos, dice Adela, aunque sin resentimientos. Mi padre muri hace 4 aos y siempre hablaba de lo que tuvieron que sufrir para seguir siendo peruanos, cuenta. Cuarenta aos mirando desde lejos a Chucatamani sin poder cruzar y vivir en ella. Mi padre saba en el fondo que algn da regresara, dice Adela.
Pero no todos estn felices de ese herosmo. Anselmo Castro es uno de los que piensan que la historia triste que vivi el pueblo ha sido burlada por gobierno tras gobierno. Yo quisiera irme a Chile. Ah tratan mejor a los ciudadanos. Aqu le hemos dado de todo a un gobernante que nos ha olvidado. De qu sirvi tanto dolor?, se queja.
Mientras tanto, sigue el da de fiesta. En medio de la entonacin del himno a Tacna, aparece don Severino. Va caminando despacio por la plaza. Mira a los vecinos, mira a las banderas. Han pasado tantos aos, incluso su esposa se nacionaliz chilena para recibir una pensin, pero l sigue aqu. La mirada de don Severino no est perdida, sino enamorada.