Nada más reconfortante que levantar la mirada y apreciar el vuelo armonioso de una bandada de flamencos. Esa escena puede vivirla quien visita el estuario de Virrilá, que forma parte de un sistema de humedales en Sechura y que sirve de refugio a decenas de especies migratorias, algunas en peligro de extinción.

Ubicado a 40 minutos de Sechura, en Piura, el estuario de Virrilá es uno de los más importantes albergues de aves acuáticas y migratorias de la costa pacífica sudamericana, según los investigadores. Su amplia playa, con aguas poco profundas, favorece el paradero de pelícanos, gaviotas y flamencos, que se alimentan en esta zona.

Hace dos años, autoridades regionales y locales empezaron los trámites para que el Ministerio del Ambiente declare esta zona, sumada a las lagunas de Ramón y Ñapique, área de conservación regional. Sin embargo, la presencia de empresas mineras y de hidrocarburos, que han concesionado gran parte de ese territorio, demora el trabajo de protección del ecosistema.

Esta área es refugio de 25 especies de aves playeras, algunas amenazadas como la cigüeña Gabán, el pelícano peruano, el cormorán guanay, el piquero peruano y el gaviotín. De acuerdo con la propuesta técnica para conservar dicha área, existen en la zona derechos mineros y de explotación de hidrocarburos que generan conflictos de intereses. Allí están Olympic, Savia, Cementos Pacasmayo, American Potash, entre muchos otros. La población se ha opuesto a toda inversión minera.

“Hay un conflicto de intereses en el Estado: el Ministerio del Ambiente acoge la propuesta de conservación, pero el de Energía y Minas da concesiones mineras en la misma área ”, dijo el biólogo Fernando Angulo. Este conflicto ha generado que el expediente técnico, preparado por la ONG Naturaleza y Cultura Internacional, se haya modificado en varias oportunidades y que el área a proteger se reduzca. Inicialmente se conservarían 53.871 hectáreas, pero luego este espacio ha disminuido a 37.659 hectáreas.

EN PUNTOS El estuario de Virrilá tiene una extensión de 31 km. Es reconocido como uno de los lugares con más altas concentraciones de parihuanas o flamencos en el Perú.

Además, existen 13 especies, como la golondrina de Tumbes, el copetón rufo y el minero peruano.

La ONG NCI dictará un curso de educación ambiental a 30 profesores. Con ellos realizarán acciones de limpieza del estuario.