Otoniel Alvarado: “Ratifico que soy autor del libro original”
Otoniel Alvarado: “Ratifico que soy autor del libro original”
Daniel Yovera

, candidato a la presidencia del país por Alianza para el Progreso (APP), dijo ayer que la primera edición del libro “Política educativa” corresponde a 1999 y se imprimió y editó en coautoría a pedido de su profesor de maestría en la Universidad de Lima Otoniel Alvarado.

Pero el especialista en educación le respondió, ratificándose en que la primera edición se llevó a imprenta aquel año bajo su exclusiva autoría. Registros de bibliotecas universitarias respaldan su posición. 

— César Acuña ha sostenido que el primer libro publicado por su editorial con el título de “Política educativa” fue en coautoría con usted. ¿Es así? 
El libro inicial, original, es de un solo autor, que soy yo. Él habla de 1.000 ejemplares, pero fueron 500. Yo reitero, ratifico, ser el autor del libro original. Él dice que yo le pedí que sea coautor, pero eso no es lógico. ¿Quién debía pedir la coautoría de un libro? ¿El profesor o el alumno? 

— El señor César Acuña dice que la prueba está en resoluciones de la Universidad César Vallejo.
Nunca conocí las resoluciones que él ha mencionado. ¿Cuándo han sido hechas? Debería existir algún documento previo, algún acuerdo firmado, pero no existe. Las resoluciones, aunque sea por cortesía, debieron habérmelas hecho conocer. Ahora, ¿cómo explica que exista un mismo prólogo para dos autores? En todo caso, el prologuista debería reconocer el trabajo de los dos. Él no ha mostrado el prólogo del libro de la supuesta coautoría. 

— ¿Ratifica el contenido de la denuncia publicada por El Comercio? 
Yo reitero, ratifico, ser autor del libro original. Editado en condiciones normales, salvo en los créditos donde no aparecen ni mi nombre ni el copyright, tampoco los registros de la biblioteca, que en ese tiempo todavía era un poco informal. 

— Entonces, ¿usted es el único autor de “Política educativa”? 
Sí. Sobre las siguientes ediciones que aparecen [de la Universidad César Vallejo] que ustedes han investigado, no tengo conocimiento. Me ha extrañado, sobremanera, que aparezcan esas nuevas ediciones. 

— ¿Usted tuvo conocimiento de las ediciones posteriores? 
Solamente de una, y lo comentaron mis alumnos de la Universidad Nacional de Trujillo. Me llamaron desde Trujillo para decirme que había una edición que aparecía con el nombre del autor señalado, César Acuña. ¿Qué ha pasado?, me pregunté. Me alcanzaron algunos ejemplares y, efectivamente, tenía el nombre del señor César Acuña. 

— ¿Lo llamaron en algún momento y le pidieron autorización para imprimir la edición posterior? ¿Se lo informaron al menos? 
No, ninguna. Lamentablemente. 

— ¿Hay algún contrato privado firmado? ¿Algún acuerdo, convenio? 
Nada, absolutamente. 

— ¿Algún acuerdo verbal? 
Tampoco. 

— ¿Hubo acuerdo de coautoría, como ha señalado el señor Acuña? 
No, ninguno. Como te digo, yo solo reconozco el libro original, el auténtico. Los demás los desconozco, y desconozco las formas como lo han hecho. Como ustedes mismos han investigado, encuentran varias ediciones con una serie de modificaciones de corte editorial. 

— Entonces, nunca tuvo en sus manos la edición de la supuesta coautoría. 
No, ni siquiera ha llegado a mis manos. Yo no conozco esa edición. De esta serie de libros, que aparecen acá, solo reconozco la primera edición. 

— El padre Morales era amigo suyo. ¿En algún momento le comentó que haría un prólogo para César Acuña con un título similar al suyo? 
Yo deseo reservar la memoria del padre Ricardo Morales porque ya no vive. Simplemente, él aceptó prologar mi libro, y me lo prologa siendo presidente del Fondo Nacional de Desarrollo de la Educación Peruana, el Fondep. Nos habíamos conocido en el Foro Educativo y en el Ministerio de Educación. No me contó [que hubiera prologado algún libro de Acuña].

— ¿Llegaron a sus manos las ediciones posteriores?
Claro, cuando ya me llegan las ediciones fraudulentas, ahí las hojeo. 

— ¿Cuál fue su reacción inmediata tras conocer las ediciones fraudulentas? 
De disgusto, de incomodidad, de resignación. Para mí, fue incómodo estar en una situación así, porque es una situación de corte ético, entre un profesor y un alumno. 

— ¿Hizo algún reclamo verbal o escrito? 
No, nada. 

— ¿No trató de hablar con alguna autoridad pidiendo explicaciones? 
No. 

— ¿Por qué? 
Porque prefería guardar un perfil bajo. Suficiente con ese dato. Yo vivo de mi trabajo, soy un profesor jubilado, tengo una módica pensión. No quería complicaciones, no quería estar en un problema judicial. A lo mejor, ahora sí, sin querer, me va a arrastrar a esto porque tiene implicancias. 

— ¿Cómo se genera la idea de la publicación del libro? 
Porque él me dijo que [su editorial] tenía solo un libro editado y que quería tener otro más, que el segundo sería el mío, y que lo hacía gratuitamente, por amistad, por la compensación académica. 

— ¿Cuántos ejemplares se emitieron aquella vez? 
Quinientos. Solamente 500. Y me hizo llegar los 500, por lo que estoy reconocido y agradecido. Pero no sabía de las posteriores.

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