El género como prioridad nacional, por Diana Seminario
El género como prioridad nacional, por Diana Seminario
Diana Seminario

Resulta imposible ignorar la multitudinaria marcha que bajo el lema #ConMisHijosNoTeMetas convocó a un millón de personas en todo el país para pedirle al Ministerio de Educación que elimine el concepto de ‘género’ del currículo educativo nacional. Las reacciones han sido variadas, y lamentablemente la descalificación y el insulto no han estado ausentes tanto en las redes sociales como en columnistas que proclaman igualdad y tolerancia, pero no dudan en decir que quienes salieron el sábado a las calles exhiben un bajo coeficiente intelectual o son el “Ku Klux Klan peruano”.

Mucho es lo que se ha escrito en los últimos días, pero este no es un tema nuevo, y antes que los padres de familia tomaran cartas en el asunto, fueron los maestros los primeros en encender las alarmas.

En octubre pasado recibí el e-mail de una amiga maestra que me contaba que en las capacitaciones ya no se referían a los alumnos como “niño o niña”, sino estudiantes en general, y compartía su preocupación por este contenido: “[El estudiante] vive su sexualidad de manera plena y responsable: toma conciencia de sí mismo como hombre o mujer, a partir del desarrollo de su imagen corporal, de su identidad sexual y de género, y mediante la exploración y valoración de su cuerpo”.

Uno termina el colegio con 16 años. ¿Les estamos diciendo a los adolescentes, que ni siquiera tienen claro qué van a hacer con su futuro, que vivan su sexualidad plenamente? ¿Están preparados para ello? Además, hace una clara distinción entre sexo y género.

Ayer una columna de Rafael Zavala publicada en Lucidez.pe nos recuerda que la RAE, en su “Diccionario panhispánico de dudas”, señala que los seres vivos tienen sexo y no género, y que es “inadmisible” que se emplee la palabra ‘género’ “como sinónimo de sexo”, y que “para las expresiones de discriminación de género y violencia de género existen alternativas como discriminación o violencia por razón de sexo”.

No es extraño que los padres de familia expresen su preocupación por los contenidos que sus hijos recibirán. Y eso no es sinónimo de que estén en contra de la igualdad de oportunidades y derechos para hombres y mujeres.

Y aunque esta es una controversia entre los padres y el Ministerio de Educación, sí llama la atención la movilización que ha generado al interior del Ejecutivo esta iniciativa, pese a que en enero de este año PPK sostuvo: “Hemos heredado en algunos currículos escolares unas cosas que a mí no me entusiasman, pero ya estaban ahí desde el gobierno anterior”.

Hemos visto a siete ministros sumándose al mensaje de la ministra Martens y enfocando sus esfuerzos en este tema, en un claro ejercicio de su derecho a expresar libremente sus ideas.

Entretanto, la inseguridad ciudadana crece sin control, los brutales asesinatos están a la vuelta de la esquina, el norte se ahoga en las lluvias, no avanzamos en la lucha contra la corrupción y la anemia sigue matando a nuestros niños, pero la mitad del Gabinete parece enfocarse más en defender el tan discutido currículo nacional, que concentrarse en las labores propias de sus carteras.

¿En qué momento el género pasó a ser la prioridad del país?

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