Sin lugar a duda, durante estas últimas décadas ha predominado un ritmo de vida más acelerado, inclusive da la impresión de que cada día ya no dura 24 horas, puesto que los seres humanos estamos tan absortos en aprovechar al máximo cada nanosegundo de nuestra cotidianidad para no perder el paso, y muchas veces nos olvidamos de vivir, de disfrutar cada experiencia y apreciar todo aquello que nos rodea. Definitivamente, creo que únicamente estamos tratando de sobrevivir, más no de vivir, porque nos enfocamos en tantas cosas a la vez, que llegamos a experimentar niveles altísimos de estrés, lo cual a la larga resulta muy perjudicial para nuestra salud.
Ante dicha problemática, hace un tiempo surgió un movimiento internacional, denominado Slow Living, con el que se pretende fomentar un estilo de vida más desacelerado. Básicamente, está orientado hacia el vivir prestando más atención al presente, es decir, enfocar nuestros sentimientos y pensamientos en lo que estamos haciendo, con el fin de disfrutar cada momento de forma única.
¿Cómo surgió el Slow Living?
Según comenta Andrea Ochoa en el medio AD Magazine, este movimiento surgió en 1986 cuando el crítico gastronómico, Carlo Petrini se rebeló ante la apertura de McDonald’s en la Plaza de España, en Roma. Por esta razón, fundó una plataforma junto a otro grupo de activistas para defender la alimentación tradicional y, por ende, un ritmo de vida más pausado.
Si bien es cierto, esta filosofía comenzó en el ámbito gastronómico, posteriormente, se expandió a otros campos, como el trabajo, los colegios, e incluso el ocio. En la actualidad, forma parte del estilo de vida de más de 40 ciudades en el mundo.
¿En qué consiste el Slow Living?
En definitiva, esta corriente cultural promueve una vida más pausada y relajada, con el objetivo de controlar nuestro propio tiempo, en vez de vivir sujetos a la inmediatez. Además, esta filosofía ayuda al desarrollo integral de las personas, puesto que se centra en actividades que permiten el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu.
Sin embargo, no debemos pensar que el hecho de que sea una vida más “lenta”, significa que nos debemos convertir en personas inactivas, al contrario, simplemente es vivir de forma más consciente y responsable, ya que nos damos cuenta que en ocasiones solemos cargar con más cosas de las que podemos abarcar realmente. En efecto, aprendemos a reconocer nuestras propias fortalezas y debilidades, las cuales nos van a permitir establecer nuestros límites.
Asimismo, es importante considerar que este movimiento buscar promover que las personas podamos enfocarnos en las cosas que más disfrutamos y, además podamos dosificar mejor el tiempo, con el fin de que sepamos cuando es necesario detenernos.
Benficios de vivir bajo la filosofía de Slow Living
Es evidentes que, este movimiento ha inspirado a muchas personas a analizar el objetivo de su vida, motivo por el cual han adoptado nuevos hábitos que permiten llevar una vida más plena y a lograr un verdadero balance.
Por esta razón, me gustaría compartir contigo algunos beneficios que aporta esta filosofía.
Sueño de calidad
Al ser una filosofía orientada hacia un estilo de vida más pausada, también reconoce la importancia de dormir y respetar las horas de sueño, puesto que es fundamental para obtener la energía necesaria para enfrentar los desafíos cotidianos. De igual manera, el descanso fortalece el sistema inmunológico, además ayuda a combatir la ansiedad y el estrés.
Vivir el presente
Hoy en día, estamos permanentemente conectados a la tecnología y las redes sociales, las cuales, si bien es cierto, nos permiten estar informados y comunicados, también pueden generar que nos desconectemos de la realidad y que no vivamos las experiencias al máximo, ya que focalizamos nuestra atención en una pantalla, más no es todo lo que nos rodea.
Dueño del tiempo
Evidentemente, nuestro tiempo está regido por la inmediatez que nos exige estar de un lado para otros; no obstante, esta filosofía invita a uno a dedicar un periodo de tiempo para nuestras propias necesidades, como descansar y relajarnos. Por este motivo, no es necesario buscar llenar toda nuestra agenda de actividades, a veces el tomarnos usa pausa no está mal.
Introspección
Muchas veces, por el hecho de que estamos muy ajetreados, no nos detenemos a pensar en nosotros, en qué nos gusta o qué sentimos. Por este motivo, es muy importante tomarnos el tiempo de tratar de conectar con nuestro ser y tomar consciencia de él, puesto que ello nos ayudará a desarrollar un mejor autoconocimiento y autoaceptación.
Dualidad
Si nos centramos en disfrutar de forma única cada momento, sin pensar en la tarea que tenemos que cumplir después, esto ayudará a nuestro cuerpo y mente a que estén equilibrados. Asimismo, lograremos que ambos se encuentren en un estado de bienestar que favorecerá a la salud de forma integral.
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