La lactancia materna es uno de los momentos más importantes en la vida de toda gestante y también en los recién nacidos. Es por ello que para UNICEF este es un tema de suma importancia que debe tener un panorama claro. En esta nota te contamos los diez mitos más comunes sobre esta actividad que realizan millones de madres en el mundo, además de otra información que debes conocer al respecto.
ESTOS SON 10 MITOS SOBRE LA LACTANCIA MATERNA
Según se puede revisar en la plataforma oficial de UNICEF, hay mitos y verdades sobre uno de los primeros alimentos de un ser humano: la leche materna. Entre los que se destacan los siguientes:
1. ¿Mito? La lactancia materna es fácil
Los bebés nacen con el reflejo de buscar el pecho de su madre. Sin embargo, muchas madres necesitan apoyo práctico para posicionar a su bebé para amamantar y asegurar que esté bien agarrado al seno. La lactancia materna requiere práctica, tanto para las madres como para los bebés. La lactancia materna también requiere mucho tiempo, por lo que las madres necesitan espacio y apoyo en el hogar y el trabajo.
2. ¿Mito? Es habitual que la lactancia duela: los pezones adoloridos son inevitables
Después del parto muchas madres experimentan molestias en los primeros días cuando están aprendiendo a amamantar. Pero con el apoyo adecuado para posicionar a su bebé para amamantar y asegurar que esté correctamente agarrado al seno, se pueden evitar los pezones adoloridos. Si una madre enfrenta desafíos con la lactancia, como dolor en los pezones, el apoyo de un especialista en lactancia u otro profesional capacitado puede ayudarla a superar el problema.
3. ¿Mito? Debes lavarte los pezones antes de amamantar
No es necesario lavarse los pezones antes de amamantar. Cuando los bebés nacen ya están muy familiarizados con los olores y sonidos de su propia madre. Los pezones producen una sustancia que el bebé huele y además tienen “bacterias buenas” que ayudan a los bebés a desarrollar un sistema inmunológico saludable para toda la vida.
4. ¿Mito? Se debe separar al recién nacido de su madre para que ella descanse
Los médicos, las enfermeras y las parteras a menudo fomentan el contacto “piel con piel”, también conocido como método madre canguro, inmediatamente después del parto. Poner a tu bebé en contacto directo con tu cuerpo, de modo que su piel esté contra la tuya, es una práctica muy importante que le ayuda a encontrar y agarrarse al seno. Practicar esto en el transcurso de la primera hora después del parto y luego hacerlo con frecuencia, ayudará a establecer la lactancia materna. Si la madre no puede hacer esto, entonces la pareja u otro miembro de la familia puede intervenir.
5. ¿Mito? Solo debes comer alimentos sencillos mientras amamantas
Las madres que amamantan necesitan comer una dieta balanceada y, por lo general, no hay necesidad de cambiar los hábitos alimentarios. Los bebés están expuestos a las preferencias alimentarias de sus madres desde que están en el útero. Pero si una madre percibe que su bebé presenta una reacción a un alimento específico que ha ingerido, lo mejor es consultar a un especialista.
6. ¿Mito? El ejercicio afectará el sabor de tu leche
El ejercicio es saludable, incluso para las madres lactantes. No hay evidencia que demuestre que puede afectar el sabor de la leche.
7. ¿Mito? No podrás amamantar a menos que lo hagas de inmediato
Es más fácil comenzar a amamantar si lo haces desde la primera hora después del parto porque los reflejos de tu bebé son muy fuertes en ese momento. Los bebés están listos para aprender a amamantar. Si no enganchas a tu bebé inmediatamente después del nacimiento, hazlo lo antes posible. Si necesitas ayuda para amamantar a tu bebé, solicita el apoyo de un asesor en lactancia u otro profesional capacitado. El contacto frecuente de piel con piel y poner a tu bebé al pecho ayudarán a que la lactancia continúe.
8. ¿Mito? Nunca puedes usar leche de fórmula si quieres amamantar
Las madres pueden decidir que necesitan utilizar fórmula en algunas ocasiones, mientras continúan amamantando. Es importante buscar información imparcial sobre la leche de fórmula y otros productos que reemplazan la leche materna. Para mantener la producción de leche materna, continúa ofreciéndole el pecho a tu bebé con la mayor frecuencia posible. Puede ser útil que las madres consulten a un especialista en lactancia o a un profesional capacitado para encontrar un plan que les funcione para continuar amamantando.
9. ¿Mito? Muchas madres no pueden producir suficiente leche
Casi todas las madres producen la cantidad adecuada de leche para sus bebés. La producción de leche materna está determinada por la capacidad del bebé para agarrarse al seno y extraer leche en cada toma, así como la frecuencia de la lactancia. La lactancia materna no es un trabajo que deba asumir la mujer por su cuenta; las madres necesitan apoyo, así como orientación continua sobre lactancia por parte de prestadores de servicios de salud. También requieren ayuda en el hogar y la posibilidad de mantenerse saludables, comiendo y bebiendo adecuadamente.
10. ¿Mito? No debes amamantar si estás enferma
Dependiendo del tipo de enfermedad, generalmente las madres pueden continuar amamantando cuando están enfermas. Deben asegurarse de recibir el tratamiento adecuado y descansar, comer y beber bien. En muchos casos, las madres le pasarán a su bebé los anticuerpos que produjeron para afrontar sus enfermedades o afecciones, ayudándole a su hijo o hija a construir sus propias defensas.
QUÉ ES LA LACTANCIA MATERNA
La lactancia materna es una forma de alimentación que comienza en el nacimiento con leche producida en el seno materno. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) señalan que la lactancia es una forma inigualable de facilitar el alimento ideal para el crecimiento y desarrollo correcto de los niños.
OMS y UNICEF consideran imprescindible la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses del recién nacido y recomiendan que a partir de esa edad y hasta los dos años, de forma complementaria a la lactancia, se ofrezcan al bebé otros alimentos propios para su edad. Hay evidencia que sugiere que la lactancia exclusivamente materna durante los primeros seis meses de vida, retarda la aparición de asma, rinitis alérgica, dermatitis atópica y alergia alimentaria.
Según la OMS y la UNICEF, a partir de los dos primeros años la lactancia materna puede extenderse hasta que el niño, la niña o la madre decidan, sin que exista ningún límite de tiempo. La Academia Americana de Pediatría recomienda mantener la lactancia al menos durante el primer año. El Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría coincide en sus recomendaciones con OMS y Unicef.
No se sabe cuál es la duración ideal de la lactancia materna en la especie humana. Los referentes sobre los términos y características de la lactancia se comprenden desde el contexto cultural de las madres que lactan, de tal forma que los periodos de lactancia se pueden extender tanto como la variabilidad de culturas existentes en el mundo. Se pueden referir casos en donde se considera un acto únicamente de bebés de pocas semanas o meses, así como también se encuentran casos en los que se ha mantenido la lactancia durante varios años. Algunos estudios antropológicos concluyen que la franja natural de lactancia en humanos se encuentra situada entre los dos años y medio y los siete años.
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