Sin lugar a dudas, el verano es una gran oportunidad para disfrutar con la familia y amigos, gozar de nuestra costa y amplia gastronomía. Sin embargo, muchas veces la emoción por esta temporada, puede ocasionar que dejemos de lado ciertas recomendaciones básicas para cuidar nuestro bienestar. Por este motivo, tenemos que ser conscientes que la salud humana no es ajena a ciertos factores como las variaciones de temperaturas asociadas a los cambios de estación.
En definitiva, esto explicaría cómo ciertas enfermedades están ligadas a una determinada época del año. Por ejemplo, los resfríos en invierno y las alergias en primavera. Es por ello que, pese a que el verano es una estación llena de luz y alegría, nuestro sistema digestivo puede verse perjudicado si no somos cautelosos del estado de los alimentos que ingerimos.
Cabe señalar que, una comida en mal estado, puede derivar en la aparición de bacterias, virus o parásitos, causando infecciones gastrointestinales. En el Perú las bacterias más comunes son la Shiguella, Salmonella, Escherichia Coli y Campilobacter. Por otro lado, los virus que ocasionan infecciones entéricas en niños son el rotavirus y el norovirus; mientras que parásitos como la Giardia Amebas y Cryptosporidium pueden dañar el aparato digestivo.
Como destaca el Dr. Carlos Contardo, gastroenterólogo de la clínica SANNA El Golf, estas infecciones bacterianas y virales pueden ser contraídas no solo por el consumo de alimentos descompuestos, sino también por beber agua contaminada. Por esta razón, recomienda tomar las precauciones necesarias; sobre todo, si vamos a consumir mariscos crudos en verano, postres lácteos, cremas y mayonesa, ya que al estar expuestas a altas temperaturas pueden ser peligrosas y proliferar baterías rápidamente.
De igual manera, recalca que la población más vulnerable a contraer esta afección son los adultos mayores de 65 años y niños menores de 5 años. Asimismo, aquellas personas con el sistema inmunitario debilitado.
Es importante que conozcamos cuáles son los principales síntomas de la infección digestiva, puesto que en caso estemos experimentándola, podamos actuar inmediatamente. Entre ellos se encuentran los siguientes: diarrea (periodo de incubación de 48 a 72 horas), ruidos abdominales, cólicos abdominales, náuseas, vómitos y puede haber fiebre.
Cómo cuidarnos y prevenir problemas digestivos
Durante la época de verano aumentan las actividades al aire libre, motivo por el que los alimentos están más expuestos a una serie de brotes epidémicos. Ante dicha situación, es fundamental mantener una higiene al momento de preparar los alimentos; es decir, verificar que la superficie y utensilios que empleemos estén limpios, así como lavar nuestras manos correctamente.
Otro punto a destacar, es el de consumir alimentos en sitios de confianza y de preferencia que estén bien cocidos. También revisar la fecha de vencimiento de los alimentos y bebidas antes de ingerirlos.
Por último, pero no menos importante, la hidratación. Tenemos que comprender que nuestro cuerpo, especialmente en el verano, busca regular constantemente la temperatura para poder adaptarse al ambiente. Por ende, para no descuidar este hábito, debemos consumir como mínimo 2 litros de agua al día, y la forma más segura de beberla es hervida, de botella o filtrada.
Te recomendamos que, si presentas algún síntoma o malestar, siempre debes consultar con un especialista para que pueda darte las indicaciones correspondientes.
Contenido Sugerido
Contenido GEC