En el último y trascendental Congreso de la Conmebol que sesionó en Lima el 14 de setiembre se hizo referencia a un punto importantísimo respecto a la Copa Sudamericana, pero pasó inadvertido. No se sabe si por desatención o porque a los clubes que participan habitualmente no les conviene que se levante mucho polvo sobre el tema.
Luego de presentarse el balance económico 2016 de la Conmebol se llegó a una conclusión: la Copa Sudamericana representa pérdidas a la Confederación. Entre los ingresos derivados de las competiciones, 32,4 millones de dólares provienen de la Copa Sudamericana, torneo por el cual la Conmebol tuvo un egreso por gastos de organización de 34,4 millones de dólares (-2 millones de dólares).
Para establecer un comparativo demoledor, solo la Copa Libertadores 2016 generó un ingreso de 121,4 millones de dólares, US$89 millones más o casi cuatro veces lo que ingresa la Copa Sudamericana (US$32,4 millones).
Más allá de que las arcas de la Confederación no beneficien o afecten en nada a nuestros bolsillos, el espectáculo que viene ofreciendo la Copa Sudamericana en los últimos años es desalentador.
En la Copa Sudamericana, cuyo formato actual --con algunas variaciones en cantidad de equipos-- data desde el 2003, participan 8 clubes de Brasil, 6 de Argentina y 4 del resto de cada uno de los países de Sudamérica (Bolivia, Chile, Perú, Uruguay, Paraguay, Venezuela, Ecuador, Colombia). En su mayoría son clubes de cuarto orden hacia abajo porque no se toma en cuenta a los 3 clasificados a la Copa Libertadores.
Es así que en esta semana, en la primera ronda de los octavos de final, en ocho partidos solo se marcaron 13 goles (Promedio: 1.6 por partido). Ni qué decir del nivel futbolístico o de la paupérrima iluminación en el estadio Luis Franzini de Montevideo (Wanderers vs. Junior).
Una muestra de que el torneo está venido a menos es la Recopa Sudamericana, que enfrenta al campeón de la Copa Libertadores con el campeón de la Copa Sudamericana. De los últimos seis años, en cinco ocasiones los ganadores de la Recopa fueron los campeones de la Libertadores. Los números no mienten: ni en lo deportivo, ni en lo económico.
La Conmebol no lo ha dicho abiertamente, pero está claro que internamente están replanteando qué harán con un torneo que los mantiene en rojo. DT El Comercio le preguntó directamente al presidente Alejandro Domínguez si la Copa Sudamericana podría desaparecer y su respuesta fue esperanzadora. “No hay mal que por bien no venga. El hecho de que exista una empresa [Global] que no cumpla sus contratos nos deja ante la opción de buscar otras alternativas e ingresos para la Copa Sudamericana. Vamos a reforzarla”.
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