Los devotos dirán que es obra del Cristo morado. Los culturosos se acordarán de Oswaldo Reynoso, irán a su biblioteca y acariciarán el lomo de ‘En octubre no hay milagros’ con una sonrisa. Los hinchas, devotos a su modo, dirán, en medio de su afonía, que nunca perdieron la fe. El resto, los rivales, observarán la tabla con perplejidad y repetirán una pregunta: ¿cómo así? ¿qué demonios sucedió? Sí, Alianza Lima es el nuevo puntero del Clausura, cuando faltan apenas dos fechas para culminar el torneo.
El equipo que perdió el clásico ante Universitario, en Matute, y que luego fue cacheteado por Vallejo, en Trujillo, ve la tabla de posiciones desde la cima. Se pueden ensayar varias razones. La primera: la inyección anímica que representa el ‘Chicho’ Salas en el vestuario, un entrenador que de interino ha tenido poco y que impuso su sello desde el primer partido, más allá de que la dirigencia le haya colocado fecha de caducidad.
La segunda que va atada a la primera: algunos titulares indiscutibles para Bustos se mudaron al banquillo, y desde allí han sido más útiles. Uno de ellos es Christian Ramos. Sin Gareca y sin la chompa de la selección, es un defensa normalito que, encima, decayó su nivel. Nunca fue el experimentado que comandó la zaga. Míguez, con todos sus defectos, sí puede ejercer ese papel. Otro es Benavente, el jugador de partidos que destaca cuando se le antoja.
Sin ellos, y con el protagonismo de Lavandeira, Barcos, Concha y Pinto, los blanquiazules construyeron su fortuna con una racha: ganaron cinco de sus últimos seis partidos. Y en un campeonato tan pero tan apretado basta ser regular un puñado de fechas para ser recompensado. Con el agregado de que Alianza se ha llevado por delante a sus rivales en once de sus últimos trece partidos en Matute.
Si bien los blanquiazules no son una máquina de fútbol vistoso, recobraron solidez en defensa y contundencia en ataque. Ayer ante Binacional hicieron ni más ni menos de lo que debían: ganar. Para aquel entonces ya tenían varias horas sabiendo que Cristal había perdido ante Grau por 2-1 en el Gallardo. ¿Con qué nos saldrá ahora Roberto Mosquera que hace poco se vanagloriaba del invicto de Sporting Cristal? ¿A qué recurso gramatical apelará para maquillar su derrota?
Arley Rodríguez, el barrista colombiano que juega en la delantera íntima, calmó los nervios del Alejandro Villanueva con un empellón tempranero a los 6′. En los últimos minutos, Barcos, el ‘Pirata’ más querido de La Victoria, selló el triunfo desde los doce pasos, coronando un regate de Pinto. Y después Salas, con el partido controlado, se dio tiempo para cumplir los ‘caprichitos’ de algunos: mandar a la cancha a Jefferson Farfán para dar sus últimos toques en el fútbol profesional y hacer debutar a Juan Pablo Goicochea, con 17 años. La carrera que acaba y la vida que empieza.
A dos fechas del final, el puntero se llama Alianza. Y depende de sí mismo, con la dicha y el peligro que ello supone. Le toca visitar a Ayacucho y revalidar lo que hizo en el Cusco ante Cienciano, y después resolver ante ADT de Tarma en Matute. Si lo consigue, probablemente se encuentre con Melgar en la final. Imposible pedirle mesura al pueblo blanquiazul por ahora. Es octubre.
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