Marzo del 2009. “Es una guerra, si es posible salgo con cuchillo para defender los colores de mi país. Ellos no la van a tener fácil. En mi cabeza no pasa perder”, declaraba Carlos Zambrano en la previa de un Perú – Chile por Eliminatorias. Las palabras, que superaron las barreras del fútbol y dieron la vuelta al mundo, remeciendo los medios sureños, describían el juego del defensor por aquel entonces. A sus virtudes en la zaga -anticipación, salida limpia, buen juego aéreo y personalidad- el ex Schalke le sumaba vehemencia vendida como temperamento, con tintes de irresponsabilidad, que iban contra el colectivo. Seis años después, en el marco de la Copa América, los impulsos le volvieron a jugar en contra al ‘León’: falta desmedida por detrás a Aránguiz, cuando ya tenía amarilla, y expulsión. Iban 20 minutos de las semifinales frente a ‘La Roja’ intensa de Sampaoli y Zambrano se sacaba del clásico. Al final, las disculpas llegaron pero el 2-1 en contra ya estaba escrito.
Carlos tuvo tres años para reflexionar lejos de la selección. Tras el empate 2-2 frente a Venezuela en el Estadio Nacional, Zambrano no volvió a ser convocado por Ricardo Gareca hasta esta Copa que se disputa en Brasil. Y el tiempo, nos devolvió a un jugador con mirada distinta.
El jueves, luego de la práctica de Perú en el Estadio de Pituacu, el hombre del Basilea fue el elegido para hablar sobre el duelo de cuartos de final ante la Uruguay de Edinson Cavani y Luis Suárez. Con cada palabra, a los presentes nos dejó dos sensaciones: que el sábado será titular y que esta versión de Zambrano es el líder positivo que todos hemos esperado.
“En los últimos días he ido mejorando mucho, estaba con un poco de miedo porque no quería perderme este partido que es clave después del mal resultado que tuvimos ante Brasil. Me he sentido bien y espero llegar al cien por ciento ante Uruguay para ayudar al grupo”.
“Uruguay es un gran equipo, que pelea mucho, nos va a costar. Enfrentar a Cavani y Suárez a mi me da mucha motivación, pero tenemos con concentramos en aguantar los ataques de Uruguay, no solo yo, sino todo el equipo”.
En todo momento, durante sus declaraciones acerca de cómo va su lesión, que lo sacó del partido con Brasil, y el ataque de la ‘Celeste’, el zaguero de 29 años mostró tranquilidad, transmitiendo confianza en la pequeña sala de prensa del escenario ubicado en Salvador de Bahía.
La Copa América de Zambrano (dos partidos) ha sido buena. Frente a Venezuela y Bolivia lució sólido en la retaguardia peruana, anulando a Salomón Rondón y Marcelo Martins Moreno, dos delanteros grandotes, que complican por físico, sobre todo en las pelotas aéreas. Sin embargo, el futbolista formado en la Academia Cantolao siempre salió bien parado en cada mano a mano.
Pero hay otra imagen que pudimos notar cuando estuvimos en la Arena do Gremio y en el Maracaná. “Zambrano está jugando bien aunque parece que se está conteniendo”, fue una de las reflexiones más comentadas en el zona de prensa en los escenarios mencionados. Frente a la 'Vinotinto', el 'León' optó por ceder el balón cuando tenía el campo libre para avanzar y conducir desde la defensa. El Zambrano que conocíamos lo habría hecho pero esta versión del zaguero se muestra cauta, con cabeza fría y sabiendo que luego de tanto tiempo lejos debe demostrar que está listo para asumir el liderazgo del fondo de una selección que no se acostumbra a vivir sin Alberto Rodríguez.
Mañana, en la Arena Fonte Nova, el ‘León’ tendrá la oportunidad perfecta para enterrar sus demonios y los miedos de los hinchas que todavía recuerdan lo que pasó en Chile hace cuatro años. Y para hacerlo mejor, al frente estarán Uruguay, Cavani y Suárez: un equipo potente que nunca se rinde, un notable artillero al que le sobre corazón y un '9' top, que vuelve loco a los rivales con los pies y la boca. Si Zambrano supera la dura prueba de cuartos, habremos recuperado con miras a Qatar 2022 a ese defensor que siempre nos ilusionó. Por ahora, hasta que llegue la hora de la verdad, Carlos mostró fuera del campo que está listo para la ‘final’ contra los charrúas. Veremos si el sábado, el 'León' se vuelve más rey que nunca.