Los ingresos tributarios del gobierno central reportados en los primeros meses del 2023 experimentaron un descenso en comparación al año anterior. Según cifras de la Sunat, en mayo la recaudación tributaria bordeó los S/11.537 millones, 15,4% menos que el mismo mes del 2022, mientras que el monto acumulado entre enero y mayo del 2023 alcanzó los S/68.577 millones, que es menor en 13% en comparación al año pasado.
Según este organismo, la tendencia decreciente está relacionada con la desaceleración de la actividad económica (el PBI de abril se habría expandido solo 1,5% mientras que la demanda interna habría caído en 3%), los mayores saldos a favor de los contribuyentes y la postergación de los vencimientos en localidades declaradas en zonas de emergencia. Por tipo de impuesto, las reducciones más marcadas se dan en el Impuesto General a las Ventas (IGV) e Impuesto a la Renta (IR), que concentran el 86% de la recaudación anual. Mientras que en mayo el primero cayó 12,6% sumando S/7.091 millones, el segundo retrocedió 16,7% hasta llegar a los S/4.205 millones.
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El economista Luis Arias Minaya coincidió en que la caída está relacionada a un menor crecimiento del PBI. Otros factores a considerar, agregó, son los menores precios internacionales de los minerales, del petróleo y de insumos como el maíz, el trigo y la soya. Pese a que aún siguen elevados los precios de estos ‘commodities’, sus niveles son menores que en el 2022, sostuvo.
Asimismo, explicó que también influyeron en la menor recaudación, la reducción del IGV para los restaurantes y hoteles a un 8%, y la decisión del Tribunal Constitucional sobre la prohibición del cobro de intereses moratorios de las deudas tributarias que están en litigio.
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“Todos estos factores, todos los actos están alineados de forma negativa, digamos, para generar esta disminución importante en la recaudación”, sostuvo.
Dentro del rubro del IR, resalta la contracción en 29,7% en el impuesto de tercera categoría debido a los menores resultados informados en las declaraciones anuales en minería, manufactura y comercio que influyeron en la determinación de menores coeficientes para el pago de sus impuestos.
Humberto Astete, socio de Impuestos de EY Perú, añadió que el sector minero “tiene una incidencia particularmente relevante en el volumen de la recaudación”, lo que, junto con los factores antes mencionados, también explica los menores ingresos tributarios.
Por sectores
Los ingresos tributarios han mostrado un desempeño distinto por cada actividad económica. Las cifras disponibles desde enero hasta abril muestran que los sectores de servicios y de minería e hidrocarburos aportaron el 63% de la recaudación por tributos internos; sin embargo, este último sector tuvo un retroceso de 44,7% en comparación con el mismo período del 2022.
Durante el 2021, los pagos extraordinarios de impuestos efectuados por el sector minero impulsaron la recaudación por los mayores precios de los minerales, mientras que en marzo y abril del 2022 se registraron picos históricos como resultado de los ingresos provenientes de la campaña de regularización del 2021.
“Eso es una vez al año, a fines de marzo y principios de abril que se hace el pago de la regularización del IR. El año pasado [pagos que correspondieron al 2021] fue muy bueno y eso contribuyó a elevar la cifra de recaudación del negocio minero. Este año, [los que son del 2022] tengo entendido que no han generado un pico de recaudación como el que generó el año pasado”, precisó Astete.
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Si bien esta variación se debe principalmente al factor externo de precios internacionales, Astete consideró que el Gobierno se puede enfocar en presentar al país como uno que brinda seguridad y garantía a los inversionistas extranjeros.
“Es crítico que el Gobierno pueda dar esa imagen al inversionista extranjero. Esperamos que este año no hayan los conflictos sociales que tuvimos en los últimos meses del 2022 y los primeros del 2023, que esa conflictividad social disminuya en lo que resta del año y que la institucionalidad se pueda mostrar un poco más sólida. En general, en los últimos años hemos tenido una institucionalidad muy débil, eso tiene una relación directa también con la imagen que como país podemos ofrecer a los inversionistas extranjeros que están dispuestos a invertir en nuevos proyectos”, acotó el experto de EY.
Bajo esta situación actual, la recaudación puede verse complicada en los siguientes dos a tres años, sin que se espere un incremento en los ingresos fiscales a través de esta vía. Ello, sostuvo Arias, va a dificultar que se cumplan las reglas fiscales a futuro y que se aumente la inversión pública.
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