Los conflictos sociales siguen poniendo en jaque a la minería, y de la peor manera. Ayer por la mañana, la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) dio a conocer que Las Bambas (Apurímac) detuvo sus operaciones luego de que 130 campesinos de la comunidad de Fuerabamba invadieran su campamento el pasado 14 de abril, alegando “incumplimiento de compromisos asumidos por la empresa”.
“Esta invasión ha generado la paralización de la unidad minera, que produce el 13% del cobre del país”, señaló Raúl Jacob, presidente de la SNMPE, en la presentación del 14 Simposium Internacional del Oro, Plata y Cobre.
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Se trata de la tercera detención que la operación minera experimenta desde diciembre pasado, periodo en el cual se ha visto impedida de despachar concentrados de cobre durante un acumulado de 40 días.
Esto representa, de acuerdo a MMG Las Bambas, pérdidas diarias por “S/1,2 millones para Apurímac por concepto de regalías contractuales y de S/4 millones para el Perú por Impuesto a la Renta”.
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Para solucionar este nuevo brote conflictivo la Presidencia del Consejo de Ministros ha convocado a una reunión entre las partes este 20 de abril.
Mientras tanto, queda por resolver otro conflicto igual de preocupante: la detención desde hace 51 días de Cuajone (Moquegua) operación minera que representa el 7% de la producción de cobre del país.
Conflicto en Cuajone
“Junto con Las Bambas, que representa el 13%, ambas minas suman el 20% de la producción de cobre. Es decir, la quinta parte de las exportaciones de cobre están en riesgo”, advirtió Jacob.
El funcionario precisó que la paralización de Cuajone ocasiona una perdida diaria de U$5 millones en ventas para Southern, es decir, más de US$250 millones en exportaciones, además de S/400 millones en Impuesto a la Renta y regalías dejados de percibir por el Estado.
Pero lo más grave, anota, es la situación de los 5 mil pobladores del campamento (hombres, mujeres y niños) que sufren de falta de agua debido a la captura de la única fuente de suministro, por parte la comunidad de Tumilaca, Pocata, Coscore y Tala, que exige una indemnización de US$5.000 millones a la empresa minera.
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“La compañía reitera su desea de iniciar un proceso de diálogo cuando se levanten estas medidas violentas que tienen retenido el reservorio que alimenta de agua a la operación y bloqueada la línea férrea. Lamentablemente no vemos un progreso”, apuntó Jacob.
Por si todo esto fuera poco, ayer se supo que el Frente de Defensa de los Intereses de Espinar (FUDIE) alista para mañana una huelga en contra de la minera suiza Glencore y su proyecto minero Coroccohuayco, en el Cusco.
En estas circunstancias los mineros ven muy difícil sacar adelante nuevas inversiones.
“El 70% de los proyectos mineros que hay en cartera (US$53 mil millones) son cupríferos, pero no vemos en los próximos dos a tres años ninguno de estos proyectos iniciando su construcción”, señaló Juan Luis Krueger, CEO de Minsur.
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