La cobertura de los sistemas de pensiones es baja en casi todos los países en desarrollo. El porcentaje de la fuerza laboral que acumula derechos de pensión llega apenas a 25% y esta cifra es mucho menor para los trabajadores de microempresas o independientes, cuya cobertura llega a ser casi nula.
Tal es el caso de nuestro país, donde se observa la no cobertura de estos trabajadores (que laboran por cuenta propia) para casi todos los deciles del ingreso [ver gráfico]. En el decil más bajo, la cobertura es de apenas 5%; y en el más alto, no supera el 16%. Esto se explica tanto por el diseño de nuestro sistema de pensiones como por la informalidad del mercado laboral, que es alrededor de 73% de la población activa.
MIRA: Reforma de pensiones: Cuatro puntos que resumen la propuesta de la comisión del Congreso
Nuestros sistemas de pensiones, ONP y AFP, han sido diseñados bajo la racionalidad de un mercado de trabajo formal. La sola existencia de la afiliación obligatoria, edad de jubilación y años de aporte indica que tradicionalmente sus beneficios se han diseñado para personas con trabajos estables y con contratos. Al mismo tiempo, está el problema de la informalidad, que hace que la gran mayoría de trabajadores sin contrato formal no estén afiliados a ningún sistema de pensiones. Al no haber contrato, los sistemas no los afilian y la recaudación de aportes no se da automáticamente, entonces, dada esta dificultad, los sistemas los dejan fuera, salvo que decidan afiliarse y pagar de manera voluntaria.
¿Podemos hacer algo para mejorar esta situación? Creo que sí, creo es una oportunidad para diseñar e implementar soluciones innovadoras que se ajusten a nuestro mercado laboral. Por el lado del sistema de pensiones, creo que hay que rediseñarlo dándole prioridad a un pilar de ahorro voluntario con incentivos que hagan atractivo el ahorro de esa gran mayoría de trabajadores. A continuación, brindo tres ideas, basadas en evidencia, que ojalá puedan formar parte de la reforma de pensiones que se viene discutiendo.
PROPUESTAS
1) Dar información sencilla sobre la importancia de ahorrar para el futuro.
Hay evidencia que muestra que brindar información sencilla y amigable incentiva el ahorro del trabajador para su jubilación. Hay estudios para Estados Unidos que muestran que la información y el asesoramiento influyen en la decisión de afiliarse a pensiones. En Chile, hay evidencia de que dar proyecciones de pensiones a los afiliados de AFP mejora su ahorro y, en consecuencia, su pensión.
Para el caso peruano, tenemos un estudio en la Universidad del Pacífico en que hacemos un experimento en Lima Metropolitana y encontramos que dar información sobre la necesidad de ahorrar para el futuro fomenta la afiliación de 12% de los trabajadores de las microempresas.
2) Usar plataformas digitales e implementar débitos automáticos.
El débito automático de Ahorro fácil y pensiones La sola existencia de afiliación obligatoria, edad de jubilación y años de aporte indica que los beneficios de los sistemas de pensiones se han diseñado para personas con trabajos estables y con contratos. mirada Profesora del Departamento de Economía de la Universidad del Pacífico Hay evidencia que muestra que brindar información sencilla y amigable incentiva el ahorro del trabajador para su jubilación. ANTHONY niño de guzmán/archivo liados, los aportes se debitan automáticamente.
3) Dar incentivos financieros como el copago o “matching contribution”.
En un sistema con copago, el Estado o el empleador brindan un monto de dinero a cada trabajador por cada contribución que este realiza a su cuenta previsional. Se puede otorgar a lo largo de toda la vida laboral o por un período de tiempo. Este mecanismo es un incentivo al ahorro cuando los trabajadores son jóvenes y puede reducir el subsidio para financiar pensiones mínimas. En el estudio que realizamos, encontramos que de cada cien trabajadores a quienes se les ofrece ahorrar con copago e información, se afilian entre 15 y 18 trabajadores.
Por supuesto que estas soluciones no son las únicas que se pueden implementar, pero una ventaja es que ya las hemos probado para nuestra realidad y funcionan. Aprovechemos la reforma para hacer más fácil el ahorro de los trabajadores y avanzar así en la dirección correcta.
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