En mi artículo del 31 de enero, confirmé nuestro pronóstico positivo para 2024 para el mercado de valores de EE. UU., siempre y cuando la Reserva Federal deje de subir las tasas, el dólar estadounidense (USD) se debilite y los rendimientos de los bonos del Tesoro bajen; sin embargo, esperamos que la volatilidad aumente durante el primer trimestre del año, lo que podría extenderse al segundo trimestre. Los vientos en contra también pueden provenir de tensiones geopolíticas (actualmente hay dos guerras).
Aunque la tendencia principal @GCCM de volatilidad sigue siendo a bajar, lo cual es positivo para las acciones de bolsa, algunos indicadores de impulso del S&P 500 (SPX) y Nasdaq 100 (NDX) están señalando una divergencia negativa en relación con el precio de los índices. Mientras los precios siguen subiendo, los indicadores siguen bajando. Este tipo de divergencia no funciona todo el tiempo, pero normalmente es un buen pronosticador respecto a que los precios se extienden demasiado y es necesario un movimiento de consolidación o enfriamiento de los mismos.
- Las tarifas de transporte medidas por el Baltic Dry Index ($BDI) se duplicaron con creces durante 2023.
- El petróleo ($WTIC) ha subido un 11,25% desde el comienzo del nuevo año hasta la fecha.
- El índice Case-Shiller muestra un mercado inmobiliario fuerte (aceleración de los precios del 5% en noviembre al 5,5% en diciembre)
- Los precios de las materias primas, según lo indicado por el índice CRB, han subido un 4,9% desde el comienzo del año.
- La inflación está cómodamente por encima del objetivo de 2% de la Reserva Federal.
- Nuestro análisis cuantitativo todavía muestra la tendencia principal @GCCM del rendimiento del Tesoro a 10 años alcista. El primer párrafo anterior menciona nuestra expectativa de un escenario positivo para las acciones en 2024, pero una de las condiciones es que los rendimientos de los bonos del Tesoro deberían bajar, no subir.
Mi último artículo mencionaba que los inversores están valorando el mercado de valores como si el medio ambiente económico fuese más que ideal, esperando seis recortes de tipos de interés durante el año. Esa misma expectativa se ha reducido a tres recortes ahora, a partir de junio. Sin embargo, incluso si la inflación se vuelve a acelerar, mientras se acelere el crecimiento económico, seguirá proporcionando el resultado positivo que esperamos para las acciones para fin de año.
Pero si la inflación se vuelve a acelerar sin aceleración o incluso desaceleración del crecimiento económico, el resultado para las acciones cambia. En este escenario, invertir en “value” sería el factor predominante, a diferencia de lo que sería invertir en “growth” (crecimiento) en el escenario anterior.
La aceleración de la inflación junto con la desaceleración del crecimiento económico requerirá un enfoque más proactivo de inversión y gestión de riesgos. No sólo respecto a las inversiones en acciones sino también a las inversiones en bonos. En un entorno económico inflacionario, los rendimientos de los bonos del Tesoro subirán y los precios de los mismos bajarán. Dependiendo de cuánto aumenten los tipos de interés, en un momento determinado se desarrollará un mercado bajista cíclico. En un entorno así, una estrategia de gestión de portafolio pasiva, comprar y mantener (buy and hold), puede resultar frustrante y dolorosa.
Considere no invertir completamente, asumir posiciones más pequeñas y mantener una mayor asignación de efectivo.