El gas natural de Camisea se transporta desde la cuenca Ucayali, en Cusco, a la costa a través de un gasoducto, con la finalidad de llegar a diversos tipos de consumidores como son los residenciales, vehiculares, industria, centrales de generación, entre otros.
En el año 2018, se dictó el Decreto Supremo N° 017-2018-EM que estableció un mecanismo de racionamiento para el abastecimiento de gas natural al mercado interno ante una declaratoria de emergencia.
Dicho mecanismo establecía un sistema de priorización cuyo orden inicia con los consumidores residenciales y comerciales -que somos todos aquellos que consumimos el gas de manera cotidiana- hasta los grandes consumidores industriales, entre otros.
Sin embargo, el 7 de julio último, el Ministerio de Energía y Minas publicó un proyecto de Decreto Supremo que pretende modificar el mecanismo de racionamiento con el objetivo de priorizar en situaciones extraordinarias, como la del Fenómeno del Niño, la atención de la generación de energía, por encima de los consumidores residenciales, vehiculares, etc.
La realidad es que, en la actualidad, existe suficiente generación de energía para cubrir la demanda. Si el problema radica en la falta de energía hidráulica por ausencia de lluvias, hay centrales que pueden suplir este déficit con otras fuentes (gas, diesel, renovables). Es por ello que siempre hablamos que en el Perú existe una matriz energética diversificada. Así ha funcionado siempre. Lo que no está bien es que desde el Ejecutivo se pretenda modificar un mecanismo de racionamiento en caso de “emergencia”, sin tener consideración a los consumidores, pensando solo en 2 o 3 generadores a los que beneficiaría esta propuesta.
La propuesta no sólo trastoca el orden de priorización que se había establecido con buen criterio mediante el D.S. 017-2018-EM, sino que afecta también todo plan de incentivo a la inversión en actividades de exploración y explotación por gas natural.
De aprobarse este proyecto de Decreto Supremo, se verían afectadas – sin ninguna duda – las 10 regiones que ahora están consumiendo gas natural de Camisea mediante usuarios residenciales, peor aún: estarán afectando todo el proceso de masificación del gas natural.
¿Cuál será la explicación que dará el MINEM a los casi 2 millones de usuarios residenciales o el medio millón de usuarios vehiculares, si la oferta de gas para ellos se perjudica por la nueva priorización que se pretende?
Mientras tanto, el Sector Energía y Minas sigue sin viceministro de Hidrocarburos, quien podría velar por ese subsector oponiéndose a este tipo de propuestas que provienen, no del subsector electricidad, sino de uno o dos generadores que en un momento buscaron ventajas sin calcular el riesgo que acarrea el mercado del gas natural.