Perú es uno de los países mejor posicionados del mundo para proporcionar los metales críticos (cobre, litio, estaño) que las economías demandan para asegurar la transición energética.
Sin embargo, esta aspiración podría verse truncada si los proyectos mineros, aún por desarrollar, caen en manos de la minería ilegal, advierte Gonzalo Quijandría, presidente del Simposio – XV Encuentro Internacional de Minería, que se desarrollara de 21 al 23 de mayo en Lima.
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— El Simposio Internacional del Oro y la Plata ha cambiado de nombre y se llama ahora Simposio. ¿Por qué el cambio de nombre? ¿Para ampliar su espectro a más metales?
Sí. Estamos separando los bloques técnicos en metales precisos y metales base, pero vamos a enfocarnos mucho en los denominados metales críticos, que son los que el mundo necesita para la transición energética.
— ¿El foco serán los minerales críticos?
Pondremos el foco en los metales críticos, destacando las grandes posibilidades que tiene el Perú para satisfacer la demanda de estos recursos para el futuro. Y uno de los principales retos es si vamos a dejar que su explotación caiga en manos de la minería ilegal e informal. Ese es un riesgo muy alto.
— ¿Qué tan alto es ese riesgo?
Nos parece crucial porque puede ocasionar que el ciclo (alcista) de los precios de los metales se convierta en otra oportunidad perdida. Si no explotamos esos recursos ahora, cuando los precios de los metales están altos y el mundo los está necesitando, lo harán otros.
— ¿Por ‘otros’ se refiere a la minería ilegal y no a otros países mineros?
Así es. ¿Quién queremos que los explote? ¿Una empresa que paga impuestos y genera puestos de trabajo formales para el país? ¿O lo dejamos a merced de las economías ilegales, con todo lo malo que eso conlleva?
— ¿La minería criminal es el principal peligro para los proyectos mineros?
Yo diría que ese es el principal riesgo hoy. Durante mucho tiempo se ha hablado mucho de la conflictividad social, pero ese es un asunto que tenemos que gestionar con las comunidades para que no se genere el conflicto. También es importante el exceso de regulación. Pero yo no veo que tengamos una discusión, como país, de qué hacer frente al incremento de la minería ilegal.
— ¿Eso por qué los esfuerzos se habían enfocado en Madre de Dios?
Antes era un tema de zonas apartadas, como Madre de Dios y La Rinconada (Puno), donde no hay ley y el oro se explota sin ningún tipo de permiso estatal. Pero lo que estamos viendo hoy en Pataz (La Libertad) lleva consigo un ingrediente que da más miedo aun: el terrorismo. Ya van 17 muertos y varias torres de alta tensión derribadas. Eso es terrorismo. La mezcla entre economías ilegales y terrorismo es algo que solo habíamos visto en el Vraem y que ahora estamos viendo en zonas de operaciones mineras formales.
— ¿Qué buscan las economías criminales?
Están buscando que se vaya la empresa formal para secuestrar parte del territorio nacional y convertirlo en una zona sin ley. Entonces, la minería ilegal es el riego más grande que enfrenta hoy el sector minero y, en general, el futuro del país.
— ¿La minería ilegal es el riesgo número uno, por encima de los conflictos sociales y la permisología?
Así es. Esos son los tres principales riesgos, pero liderados por la minería ilegal debido al nivel de violencia que ocasiona. Nosotros entendemos los niveles de informalidad que hay en el país, pero la alianza entre las economías informales, las economías ilegales y las mafias criminales sí complica las cosas, porque utilizan el accionar terrorista, el temor y el miedo para alejar al Estado.
— La SNMPE ha propuesto trabajar en la trazabilidad (rastreo) del oro para solucionar este grave problema. ¿Por allí va la solución?
No solo del oro. También del cobre. En Nazca, por ejemplo, hay muchísima economía ilegal de cobre. Y conforme vayan subiendo los precios de los demás metales, este riesgo se amplía a todo el sector. En el caso del oro ya existe toda una cadena de suministro ilegal y eso se puede trasladar a los demás metales.
— ¿Y cómo se proyecta la inversión minera con todo esto? ¿Qué pasará con los proyectos mineros?
Perú tiene una ventaja enorme con respecto a otros países porque posee proyectos ya explorados, que solo deben ser construidos y puestos en marcha.
— ¿Cuántos de esos proyectos van a presentar en el Simposio?
Hemos considerado dos que están listos para entrar al horno, que son Tía María y La Granja, sobre todo, el primero, porque ya tiene todos los permisos y solo necesita de voluntad política y de acuerdos con las comunidades para ser desarrollado. Y esto es la punta de lanza de los US$53 mil millones en proyectos ya explorados, la mayoría de cobre, que hoy vuelve a alcanzar precios record por encima de US$4 la libra, lo cual es un momento importantísimo para traer inversiones.
— ¿Qué necesita la minería para asegurar estas inversiones? ¿Solucionar el problema de la minería criminal?
Uno es el tema de la seguridad, para evitar que la minería informal e ilegal trate de hacer lo mismo que está haciendo en Pataz, el cual no es un hecho aislado. Otro es mejorar la velocidad de la administración pública para gestionar los permisos y las licencias de los proyectos. Y también mejorar la relación con las comunidades. Y en esto ya hay un avance importante, porque hoy ya no se habla de oponerse la minería sino de cómo compartir los beneficios que esta genera. Y ese es un paso importante.
— Ciertamente, la escalada de violencia de la minería criminal ha hecho ver a la ciudadanía la diferencia que hay entre formalidad e ilegalidad.
A final de cuentas, estas acciones criminales han mostrado lo terrible que es esta actividad. Y lo estamos viendo de la manera más cruda posible.
— ¿Para ver este tema de la seguridad de las operaciones mineras han invitado a personalidades del Ejecutivo?
Hemos invitado al ministro de Energía y Minas, Rómulo Mucho, que tendrá una mesa con sus homólogos de la región. También hemos invitado al viceministro de Gobernanza para que participe en una mesa con los gobernadores regionales, porque queremos ver qué están haciendo lo gobiernos locales y regionales para dar este impulso. Y hemos invitado al alto comisionado para la minería ilegal, Rodolfo García Esquerre.
— ¿Harán una distinción entre minería informal y criminal?
Justamente. Hay que ver cómo ayudar al minero artesanal que quiere formalizarse y cómo diferenciarlo de las economías ilegales. Y sobre esto vamos a tener una discusión internacional porque este no es un problema exclusivo del Perú, sino que ocurre en todas partes.
— Me parece que Colombia sufre mucho este embate.
Y también Brasil. Por eso hemos invitado a expertos de ambos países para que nos hablen de este tema. Y también a los certificadores de la Marca Cobre (Copper Mark), la cual sirve para diferenciar al cobre producido de manera formal del cobre que viene de otras fuentes y que no cuenta certificación.
— ¿Van a poner también mucho énfasis en el cobre?
Sí. El énfasis en cobre es claro porque nos va a acompañar el presidente de la International Copper Association (ICA). Además, tendremos un bloque específico sobre el cobre y sus usos, lo cual nos parece bien interesante porque cada día aparecen nuevos usos para este recurso. Prueba de ello es que ahora mismo hay una demanda muy grande de cobre en todo el mundo. Y también hablaremos sobre transición energética.
— La cual representa un campo muy vasto para el cobre.
Y donde presentaremos nuevas tecnologías sustentables. Por ejemplo, hemos invitado al profesor Martin Lambert, del Oxford Institute for Energy Studies, para que nos hable sobre el uso de hidrógeno. También estarán los productores locales de gas natural, que es el recurso energético para la transición hacia un mundo con menos carbón. Los demás bloques estarán enfocados en temas de innovación y desarrollo.
— ¿Para lo cual ha invitado al Premio Nobel de Economía 2018, Paul Romer?
Sí, sobre todo, porque esa será la parte principal de su presentación. Romer hablará del crecimiento y el progreso, pero no desde la mirada de los economistas neoclásicos, que priorizan el aspecto monetario, sino con una mirada de innovación y cambio tecnológico porque eso genera mayor crecimiento económico para las poblaciones. Esa es su teoría, la cual cuadra mucho con todo lo que estamos haciendo en el sector minero.
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