El Congreso de la República aprobó la ley para reactivar al turismo, estableciendo un régimen de aplazamiento y/o fraccionamiento de deudas tributarias para el sector. Podrán acogerse las empresas cuyos ingresos anuales del ejercicio gravable 2019 no superen los 2.300 UIT. De esta manera, queda de lado la propuesta de exonerar por un periodo a las empresas turísticas del IGV y el Impuesto a la Renta.
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Al respecto, Carlos Canales, presidente de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), comentó: “Es una decepción esta ley, este texto si bien brinda un salvavidas a los que tienen deudas tributarias y con EsSalud no reactiva en nada al sector turismo”.
Agregó que estos dos o tres años no tendrán ingresos, lo que significa que no habrá Impuesto a la Renta (IR) que pagar, “por lo tanto no ayuda porque además continúa el régimen que nos obliga al pago adelantado mensual del IR, sabiendo que al final estaremos tramitando la devolución de lo pagado en exceso”, señaló.
Por su parte, Francisco Basili, presidente de la Asociación Peruana de Turismo de Aventura, Ecoturismo y Turismo Especializado (APTAE), dijo que esta medida se refiere a las deudas tributarias del ejercicio 2019, que muchos empresarios formales ya habían pagado.
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Indicó que hay otras medidas dentro de esa misma ley que pueden ser más interesantes, como la que propone que las regiones puedan destinar el 10% del canon que reciben para la promoción y mejora de la infraestructura turística.
Recordó que a diferencia del turista extranjero, el nacional debe pagar el 18% del IGV, tanto para compra de pasaje, hospedaje y alimentación. “Eso hace que para un turista local sea más barato viajar a República Dominicana, que quedarse a viajar en el Perú. Lo que se había pedido era una reducción temporal por tres años del IGV para poder ser más competitivos, sobre todo pensando que hay que promocionar el turismo interno”, manifestó.
MEDIDAS
Carlos Canales aseguró que se necesitan medidas de emergencia para empujar la reactivación del sector como lo han hecho otros países, impulsando la demanda para que exista más consumo turístico, y que ayude a sobrevivir los próximos 24 meses, ya que el turismo receptivo recién se activará a partir de julio del 2022.
El titular de Canatur propuso la creación de un fondo de reestructuración y refinanciamiento de las empresas del sector turístico, con líneas de crédito de fondos multilaterales para evitar el cierre y quiebra de miles de empresas que invirtieron para recibir más turistas y la realidad es que todavía no van a venir.
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“Se requiere un refinanciamiento bancario con tasas bajas de 2% a 3% anual, con 36 meses de gracia y con plazos de 15 a 20 años para pagar y que ningún banco local te brinda, menos aun cuando los analistas de riesgo saben que nuestra situación es crítica y están negando créditos de refinanciamiento”, sostuvo. Basili coincidió en este punto al asegurar que el sector necesita una inyección de capital fuerte.
Canales precisó que se sienten como la cenicienta de las actividades económicas, porque el gobierno de Vizcarra se demoró en tomar medidas oportunas y el de Sagasti no conoce del tema, “y hasta que aprenda, más de dos millones de trabajadores habrán perdido el empleo y cientos de miles de empresas estarán en la quiebra total”.
SITUACIÓN EN EL CUSCO
El domingo pasado, el Ministerio de Cultura decidió cerrar el Santuario Histórico de Machu Picchu debido a las protestas de los ciudadanos en contra de los costos de los pasajes en tren. Al respecto, Francisco Basili advirtió sobre este conflicto, que lleva varios días.
En ese aspecto, hay una preocupación grande por parte de los mercados internacionales por la inestabilidad que se está viviendo en el Perú actualmente. “Hemos hablado con mercados y emisores británicos, holandeses, alemanes y anglosajones, y están dejando de mirar al Perú en el primer semestre. Ni qué decir del Cusco, ahora con la inestabilidad del tren”, apuntó.
Agregó que no se puede pensar que Machu Picchu es invencible, porque esto generaría que los países alerten sobre estos hechos pidiendo que no vayan al Cusco. Basili entiende el clamor del pueblo en ciertas circunstancias, pero también hay que pensar en la imagen en el extranjero. De otro modo, vamos a dejar de ser un país donde la gente quiere hacer turismo, puntualizó.