El fantasma del desabastecimiento de GLP, el segundo combustible más consumido por los peruanos, ronda más estrechamente al sector transporte a medida que su producción en Camisea y la planta de fraccionamiento de Pisco (Pluspetrol) declinan y sus importaciones se acrecientan.
Tal es lo que viene ocurriendo desde el 2015, época en la que el país importaba el equivalente al 10% de su consumo de GLP. Ahora, se estima que este porcentaje ha escalado al 30% y, lo que es peor, el Ministerio de Energía y Minas (Minem) advierte que llegará pronto al 100%.
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Ello, debido a que la producción de GLP de Camisea y Pisco “va a irse a cero” en un horizonte de 10 a 15 años, indicó Luis García Cornejo, director general de hidrocarburos del Minem, en la Conferencia Gas Natural Perú 2023.
Esto significa, refirió el funcionario, que “ya no vamos a ser productores de GLP, sino que vamos a convertirnos en importadores (absolutos)”,
García puso como ejemplo lo acontecido con la producción de GLP en Aguaytía (Pucallpa), la cual “empezó alta” y ahora está “casi en cero”.
“Por eso consideramos que es momento de plantearnos si vamos a seguir usando o no el GLP porque no es eterno, se terminará mucho antes que el gas natural de Camisea”, agregó.
García explicó que ello se debe a que la materia prima del GLP, los líquidos de gas natural o condensados, se encuentran en menor proporción que el gas natural (gas seco) en los campos gasíferos de Camisea, por lo que su agotamiento ocurre más rápido.
Pero no sólo eso, Víctor Sanz, profesor de geología de la UNI, precisa que estos condensados tienen una cotización más elevada que el gas natural, circunstancia que motiva a Pluspetrol a explotarlos y comercializarlos a fondo.
Y es que los condensados no son solamente la materia prima del GLP, sino también del diésel y la nafta, productos altamente demandados en el Perú y el extranjero.
Por el contrario, el gas natural se vuelve a reinyectar en un significativo porcentaje al subsuelo de Camisea debido a su débil demanda en el país.
¿GLP O GAS NATURAL?
Por estas razones, Luis García invocó a planificar con cuidado el futuro energético del país, es decir, si seguiremos importando GLP, producto escaso y oneroso, o si apostaremos a fondo por el gas natural, más abundante y económico debido a su precio estabilizado (por contrato).
“¿Entonces vamos a seguir importando GLP? ¿Y seguir con los problemas de desabastecimiento? Lo que quiere el gobierno es que todos nos pasemos al gas natural porque será imposible que podamos implementar tanques para almacenar GLP (en situaciones de emergencia). Es imposible y los privados no quieren hacerlo porque no es rentable”, dijo.
Cabe señalar que la normativa peruana obliga a los comercializadores de GLP a contar con un stock mínimo de GLP de 15 días para evitar su desabastecimiento.
En la práctica, sin embargo, dicho stock “no alcanza para más de tres días”, apunta Erick García, ex director general de hidrocarburos.
Debido a esta combinación de razones, los especialistas en hidrocarburos advierten que el abastecimiento de GLP se complicará más en los años por venir.