Por quinta vez desde que se inició el estado de emergencia por el COVID-19, el Índice de Confianza del Consumidor de Lima Metropolitana (Indicca) –a cargo de Apoyo Consultoría e Ipsos– mostró una caída respecto al mes previo.
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En noviembre, el índice se ubicó en 39 puntos: un retroceso de tres puntos frente a octubre. Mientras que el promedio móvil de tres meses se mantuvo por tercer mes consecutivo en 40 puntos.
“Estamos observando un estancamiento, un freno incipiente a la recuperación que empezaba a observarse”, indicó Sergio Hinostroza, analista del Servicio de Asesoría Empresarial (SAE) de Apoyo Consultoría.
En detalle, Hinostroza explicó que la distancia entre la confianza de los consumidores en la capital y la recuperación de la actividad económica es consecuencia de que el mercado laboral todavía se encuentra deteriorado.
“Este resultado responde a que no hay mejoras claras para el empleo. Unas cifras que lo evidencian son que el nivel de empleo total se encuentra 17% por debajo respecto a hace un año, mientras que los ingresos laborales están contraídos en 15%”, indicó.
En este sentido, la situación del gasto en diciembre se muestra incierta. Esto debido a que, en la actualidad, se tiene una brecha entre los ingresos promedios y el nivel de consumo.
“La brecha se percibe porque los ingresos cayeron en 15% y el consumo se contrajo alrededor de 5%. Esto sugiere que los hogares estuvieron financiándose con ahorros, utilizando préstamos o programas de ayuda económica del Gobierno. Sin embargo, algunos recursos están llegando a sus límites. En octubre, por ejemplo, vencieron los períodos de gracia para las deudas bancarias. Entonces, lo que veremos ahora es una presión sobre los presupuestos”, dijo.
Juan José Calle, director de la Asociación de Centros Comerciales del Perú y CEO del Jockey Plaza, indicó que sin duda el consumidor enfrenta esta campaña navideña con la economía golpeada y estima que las ventas estén entre 20% y 25% por debajo en el rango interanual.
Sin embargo, agregó que el levantamiento de algunas restricciones permite mitigar las caídas de las ventas.
—Las demás percepciones—
En el Indicca de noviembre, el 55% de las familias en la capital señaló que su situación económica ha empeorado. Este es el segundo máximo histórico en más de 15 años.
Jorge Toyama, socio de Vinatea & Toyama, consideró que el Gobierno –en los meses que le resta de gestión– debe dar prioridad a resolver los conflictos en el sector agrario, pues se trata del inicio de la cadena productiva.
“La solución debe ser eficiente. No pasa por la derogatoria de la ley, porque las normas no crean empleos ni aumentan los ingresos necesariamente”, sostuvo.
Enseguida, Toyama mencionó que el Gobierno debe seguir impulsando los programas de empleo temporal como Trabaja Perú, que, según consideró, fue descuidado en las últimas semanas por los cambios de gobierno.
Asimismo, instó a que las políticas públicas laborales, además de considerar incentivos, apunten a la reconversión laboral, pues algunos rubros aún no operarán en el corto plazo.
A su turno, Hinostroza observó que los efectos de cualquier medida, por más positiva que sea, quedan anulados si el panorama político no logra encontrar estabilidad. “Cuando no se tiene estabilidad política, las expectativas se afectan, entre estas las empresariales para contratar”, subrayó.