Cuando Elon Musk anunció que Twitter empezaría a cobrar por la verificación de cuentas –un check azul al lado del ‘nickname’ que funciona como certificado que el usuario es quien dice ser–, cientos protestaron y respondieron que no pagarían por ello. Musk, por su lado, aseguró que desde el 1 de abril se retiraría la verificación a quienes se rehúsen a pagar. Hasta el cierre de esta edición, la primera –y hasta ahora única– víctima conocida y reportada tras esa decisión empresarial ha sido la cuenta principal de “The New York Times”.
La mayoría de usuarios verificados son personas famosas, líderes de opinión, influencers, periodistas, medios de comunicación, cuentas oficiales de marcas y empresas, entre otros. Al quitarles la verificación, surge un problema, pues se abre el espacio para la creación de cuentas falsas, suplantadores de identidad que pueden difundir información falsa, tal como sucedía antes de la aparición del hoy polémico check azul, el 2011.
Sendos debates se han abierto alrededor de este tema y son muchas las preocupaciones alrededor de los efectos que el retiro de la verificación tendría en, por ejemplo, los medios de comunicación. ¿Abre esta decisión el camino para que Twitter sea, hoy más que antes, un amplificador de ‘fake news’?
Mario Munive, periodista y docente de la PUCP, considera que no hay que ser alarmistas. “Twitter ha sido siempre una fuente de ‘fake news’. Incluso en la anterior gestión, que había puesto candados como la verificación de cuentas. La desinformación puede agravarse con medidas como la anunciada por Musk, pero también es cierto que es un fenómeno mucho más grande y trasciende a Twitter. Hay otras redes, como WhatsApp, donde las mentiras circulan mucho más rápido y de manera más impune”, afirma.
Medios y periodistas insistieron en que no pagarían por la verificación, y esperaban perderla el 1 de abril. Que la medida solo haya afectado a “The New York Times” hace pensar a Munive que se trata de una represalia hacia el medio por investigaciones alrededor de las operaciones empresariales de Musk que se publicaron hace meses. “Pero esto no afectará al diario, pues no se ha cerrado su cuenta de Twitter. Además, ‘The New York Times’ no perderá lectores, pues ha creado comunidad a través de diferentes canales”, añade. Un dato curioso a destacar es que “The New York Times” tiene varias cuentas de Twitter, a saber: la de su sección de arte y cultura, la de música, la de archivo, la de su sección internacional, una dedicada exclusivamente a recomendaciones de libros, entre otras. Ninguna de estas ha perdido su verificación.
Aunque Musk anunció que empezaría a cobrar para evitar la proliferación de ‘bots’ y ‘trolles’, la verdad tras esta afirmación sería otra. Mario Munive explica: “Twitter vivía de la publicidad, pero esto ya no es suficiente, aunque Elon Musk diga lo contrario. Entonces, es legítimo que su propietario busque la manera de monetizar, pero no creo que lo logre. Los principales diarios de Estados Unidos han anunciado que no pagarán, eso ha dado un mensaje muy poderoso a los demás usuarios”. En tiempos en que los medios de comunicación buscan monetizar en la web, ¿es comparable esto con lo que hace Twitter? Dice Munive que no. “No podemos comparar lo que hace Twitter con lo que hace la prensa de calidad que busca sunoscriptores, pues en la prensa hay un trabajo minucioso de reporteo, investigación, contrastación, etc. Las redes sociales son importantes para difundir el trabajo periodístico, pero no son la única forma en la que los medios buscan formar comunidad. Un medio que solo se enfoca a ser exitoso en redes está condenado”, afirma.
Musk no ha cumplido su amenaza de retirar los checks azules de las cuentas verificadas. ¿La cumplirá, o solo intentaba asustarnos?
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