Las conversaciones con Darío Sztajnszrajber resultan ser extensas como su conferencias. En esta segunda parte de la entrevista conversamos sobre el periodsimo, sus retos y los cambios que se necesitan.
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Respecto a la filosofía y el periodismo ¿Cómo entenderías esa relación?Desconozco si hay vínculos. Sí te puedo decir que la filosofía, desde Marx y Nietzsche, ha planteado la idea de la muerte de la verdad como metáfora. El periodismo parece que todavía está viéndosela con el problema de la verdad y le cuesta mucho pensarse a sí mismo desde un paradigma donde la verdad ha muerto.
¿El periodismo habrá matado a la verdad?No, yo creo que la verdad nunca existió y fue uno de los grandes mitos que la cultura humana elaboró.
En otras palabras, nos estamos dando cuenta que no existió.Eso dice Nietzsche, el tema es cómo el periodismo, cuya primera vocación es la búsqueda de la verdad, convive con eso. A veces me parece que prefiere no verlo y es muy difícil que un periodista reconozca que la verdad ha muerto...
Porque se nos acabó el trabajoAsí es, entonces habrá que reinventarlo que es algo que cuesta mucho.
¿Nos toca entonces llenar los sitios web y las páginas del diario con preguntas y más preguntas?Tal cual, lo mismo le pasa a un docente quien tiene que reinventar su lugar de trabajo cuando hoy, la mayoría de contenidos que se trabajan en el aula están en la redes. Ya no tiene sentido ir a un aula a dictar clase. Cualquier estudiante adolescente sabe más que un docente porque tiene mayor acceso al contenido, entonces hay que reinventar la práctica docente que es algo que nos cuesta un montón.
Esas preguntas nos llevan a más incertidumbre, ¿y si queremos sentirnos en un lado más seguro?¿Quiénes quieren estar en un espacio seguro? ¿Tu?
En algún momento seguro que sí pero también uno siente que la incertidumbre abre paso un estado total de cuestionamiento.Totalmente.
¿No te ha pasado en algún momento en que quieres detenerte para buscar cierta seguridad?En términos intelectuales no pero a veces lo que me pasa son con cuestiones laborales, vocacionales, afectivas, familiares y esto tiene que ver con la cosa más cotidiana. Va siempre en una oscilación. Cuando te sentís muy seguro te sentís abrumado y encarcelado y cuando te sentís totalmente abierto sentís el vértigo y estás buscando un límite. Es como reconciliarnos con esa paradoja que nos constituye.