La casa ubicada en la calle Federico Villarreal 121 en San Isidro es conocida como un lugar de artistas. Su interior —la sala, el comedor, los cuartos, la cocina, el garaje, la azotea— ha sido transformado en pequeños talleres en los que seis talentosos jóvenes artistas desarrollan proyectos y cocinan futuras exposiciones. Ellos son Carla Higa, Andrés Chávez-Alcorta, Daniel Martínez, Jimena Chávez Delion, Andrés Argüelles y Aisha Ascóniga, todos con propuestas muy distintas, pero unidos en sacar adelante un proyecto común: el dar vida a un espacio que se ha convertido en su refugio en tiempos de pandemia y también en el sitio donde eventualmente pueden exhibir sus creaciones a compradores y público interesado.
Ellos abrirán las puertas de este espacio el próximo 10 y 11 de diciembre, previa cita, para que las personas tengan la oportunidad de ver el lugar en el que trabajan. “Se podrá ver eso que, generalmente, no se ve en una exposición: conocer al artista, su trabajo y mirar el proceso de creación de sus obras”, dice Aisha Ascóniga, quien llegó hace un año a la casa, y ocupa uno de los talleres del segundo piso.
La ceramista y el arte pop
Carla Higa ocupa lo que vendría a ser el jardín interior. Es la más antigua en la casa y su trabajo se centra en la elaboración de piezas de cerámica, tanto utilitarias como obras únicas de diseño. “Todos los insumos con los que trabajo —dice— son hechos por mí, de manera artesanal y tienen que ver con lo natural”. Para ella, compartir un espacio con otros artistas es una experiencia enriquecedora: “te permite conversar, discutir, generar opinión y hacer un feedback con la obra de cada uno”, afirma.
Andrés Chávez-Alcorta es otro de las artistas que trabajan en la primera planta. Últimamente, su trabajo ha estado enfocado en la pintura fotorrealista, sin embargo, para abril del próximo año, prepara un un proyecto distinto. “Mi proceso de creación es a partir de proyectos específicos —comenta—, en los que todas las obras guardan una misma temática y una técnica. Pero, por ahí, también trabajo obras sueltas, que salen de manera más fluida, algo más lúdico”.
Ciencia y arcángeles
En lo que sería el garaje de la casa está el taller de Daniel Martínez. Una especie de búnker donde él ha puesto buena parte de sus obras trabajadas en papeles plegados, en las que destacan las formas geométricas, producidas a partir algoritmos y programas de computadora. “Mi trabajo se centra en procesos —dice—. Cada pieza es el resultado de un proceso de investigación que tiene que ver con lo computacional, pero también con lo hecho a mano. Me interesa que la obra tenga un resultado mixto”. Esta mezcla entre ciencia y arte, entre la inteligencia artificial y humana, hace que el trabajo de Martínez adquiera formas insospechadas y sean también una exploración sobre el color y los efectos ópticos que produce. “Trabajo distintos materiales —añade—, papel plegable, madera, metal, ahora estoy bordando, pero también he hecho pintura y dibujo”. Martínez está hace cuatro años en este espacio. “Me parece genial porque podemos aprender uno del otro”.
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En uno de los cuartos interiores se encuentra el taller de Andrés Argüelles Vigo. Egresado de Bellas Artes, él está dedicado, sobre todo, a la pintura. “Me interesa reflexionar sobre los elementos visuales de nuestra cultura”, cuenta. Actualmente, está trabajando en su próxima exposición individual que se desarrollará en la galería Vigil Gonzales, del Cusco, y que parte de investigar cómo se comercializa la pintura decorativa de los arcángeles arcabuceros en diversos lugares del país. “Lo que intento es rescatar esa iconografía desde el arte contemporáneo y también investigar en sus procesos de comercialización”, comenta.
Compartir espacio con otros artistas ha sido para él un proceso de salud mental. “Yo antes trabajaba solo en mi taller —cuenta— y sentía que me agobiaba; en cambio, cuando estás con otras personas puedes compartir experiencias de vida y creo que eso ha alimentado mucho mi trabajo”.
La instalación y la denuncia
Al costado de la terraza de la azotea, está el taller de Jimena Chávez Delion, quien ha estado en la casa en diversas temporadas. “Regresé el 2019 y desde entonces ocupo este lugar”, dice. Su trabajo artístico se centra en los recorridos urbanos y en lo que ella llama “espacios de transacción, ya sea formal e informal”. Transacciones que pueden ser monetarias, materiales, interpersonales o comunicacionales. “No me gusta encasillarme en un medio particular —explica—, y trabajo mucho a partir de lo tridimensional, de la escultura, de la instalación, pero también sobre soportes bidimensionales, aunque no necesariamente pintura. Hago trabajos en los que el material me lleva a desarrollar la técnica. Por ejemplo, una lona cubierta de capas de silicona, me permite raspar, grabar o devastar el material, y de esa suerte de capas es que yo puedo hacer un dibujo”.
Para el próximo año, ella tiene previstos proyectos en Lima y el extranjero, como una exposición en Bélgica, a partir de un premio obtenido en un concurso de arte contemporáneo.
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La sexta artista en la casa es Aisha Ascóniga. Ella viene trabajando un proyecto sobre la trata de personas en la Amazonía, a raíz de la minería ilegal. Su taller está lleno de estas imágenes —que mezclan la pintura, la fotografía y el collage— y que serán presentadas en una muestra individual en Madrid, en junio del próximo año como parte de PhotoEspaña. De esa serie, ella presentará una obra este 15 de diciembre, en Valparaíso, en una muestra de 16 artistas latinoamericanas. La exposición se llama Cómo cargar un cuerpo y se realizará en el Parque Cultural, ubicado en la antigua cárcel de dicha ciudad del norte de Chile.
“En el Perú desaparecen 16 mujeres al día y eso tiene que ser denunciado y visto”, dice. Ascóniga está convencida de que el arte no solo puede sensibilizar a la gente sobre esta tragedia, sino servir para que se creen leyes más efectivas. Por eso, anuncia con satisfacción que ha sido invitada a participar en enero, también en Valparaíso, en un coloquio que reunirá a fiscales de la región.
Seis artistas, seis historias y seis formas de desarrollar y entender el arte que podrán ser conocidos el 10 y 11 de diciembre en esta casa, llamada Estudio 121. La invitación está hecha.
MÁS INFORMACIÓN
Open Estudio 121 se desarrollará en el espacio ubicado en la calle Federico Villarreal 121, San Isidro. Viernes 10 de diciembre, de 17:00 a 21:00 y sábado 11 de diciembre de 11:00 a 21:00. Previa cita al teléfono y WhatsApp 944206055.
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