Hace cuatro décadas, la abuela de Paola Palacios empezó a escribir la historia de Huancahuasi. Con su sazón, Mamá Lucha empezó a compartir con su hijo y su descendencia los sabores de chupes, cuyes y pachamanca, pero también humitas que su nieta Paola Palacios ayudaba a preparar.
“Recuerdo que envolvía las humitas con ella y 4 ó 5 señoras más alrededor, mientras contaban sus experiencia, hablando y aconsejándose unas a otras”, nos dice la hoy directora del restaurante Huancahuasi, que hace poco abrió su tercer local en Lima, para difundir su cocina huancaína a comensales de la zona Este de Lima.
El local, ubicado en la Av. Flora de Tristán 585, en el distrito de La Molina, tiene la particularidad de ser el único de la cadena Huancahuasi que abre en horario nocturno y con una propuesta gastronómica especial para la noche.
En un ambiente familiar y con decoración andina, este “trocito de la sierra” en Lima anima a los comensales a sentarse a la mesa a disfrutar opciones culinarias que siguen la tradición andina y rompen los prejuiciso que asocian los platillos andinos a una difícil digestión.
“Aquí la mashua, el yacón, la kiwicha y la cañigua adoptan un protagonismo en las guarniciones, así como las sopas“, destaca la chef Paola Palacios, que recomienda la kiruska pachamanquera, creación de Huancahuasi que consiste en una masa especial rellena de carne de cordero y cerdo, envuelta en una crema pachamanquera y ají panca. O las papitas acombambinas, que son papas nativas rellenas de carne de cordero y cerdo; el solterito de quinua, una opción ligera y fresca que combina la quinua dorada, negra y blanca.
De fondo menciona los tallarines al hapchi con filete de trucha, el arroz chaufa de los andes (con carne de cuy y de cerdo, además de choclo y habas) o el tacu-tacu de quinua con trocitos de cordero.