El abuso psicológico es una realidad. Cuando somos pequeños, no nos damos cuenta cuando nuestros padres, tíos u otros familiares nos hacen algunos comentarios que puede dañar en un futuro y mientras van creciendo, estos comentarios se van interiorizando, haciendo que este se sienta inseguro, dañado o que tenga baja autoestima. Al crecer, los patrones se siguen repitiendo, ya que los familiares no van a cambiar, pero hay ciertos aspectos que no deben pasar de la línea del respeto. Para explicarnos cuáles son, Bienestar del Diario El Comercio conversó con Alexandra Sabal, psicóloga de la Clínica Ricardo Palma.
En primer lugar, es importante mencionar qué es una falta de respeto. Según la Real Academia Española (RAE) es la veneración, acatamiento que se hace a alguien.
“Esto ocurre, porque no conocemos otra opción, es decir, sentimos que es lo correcto en ese momento. Entonces, si no conocemos otra realidad, los padres que hacen calificativos o que nos dan adjetivos, pensamos que esa es la realidad, que eso es lo normal. Y crecemos creyendo que esa es la manera que debería ser”, explica Sabal.
Aspectos que evidencian el abuso psicológico familiar
La psicóloga menciona algunos aspectos a tener en cuenta cuando ocurre abuso psicológico en la familia.
- Humillar, criticar o ponerle adjetivos: Humillar al miembro de la familia poniéndole adjetivos como, ¡ay, qué tonto eres por hacer esto!, o criticar, que lo que hacen nunca está bien hecho.
- Amenazar con el castigo: Decirle al miembro de la familia que si no lo hace bien, va a pasar esa consecuencia.
- Gritar o poner apodos.
- Usar sarcasmo o burlarse de la persona.
- Evitar que se desarrolle: No lo dejan expresarse. Se crea una persona más introvertida y está muy limitada a poder expresarse de una manera u otra.
- Ignorar o ser indiferente: Ignorar o ser indiferente hacia sus logros.
- Manipular: “No haces esto, porque no me quieres, o porque tú prefieres al otro papá, o porque tú prefieres estar con tus amigos”
- Imitarlo de manera peyorativa: Exponer al familiar a que los demás se puedan burlar de él.
- Llamarle la atención frente a otras personas: Ridiculizarlo.
- Invadir su privacidad: Ve su diario, revisa sus redes sociales y cuenta frente a otras personas lo que vio o leyó tu diario.
5 maneras de poner límites cuando nos hacen daño
Asimismo, Sabal nos brinda recomendaciones para poner límites ante los aspectos ya mencionados:
“Esto es difícil, porque podemos pensar que si ponemos límites, ya no nos van a querer o se van a molestar o lo van a tomar como una mala crianza. Entonces, son todas estas cosas que hacen que te impidan decir, oye, lo que tú haces, me duele, me molesta”, acota.
- Identificar tus límites como persona: Descubrir qué me molesta, que me duele y cuando lo identificas, tienes dos salidas: lo enfrentas o lo evitas.
- Expresar los límites que tenemos: Si estás seguro de que quieres expresar cómo te sientes, es importante hacerlo en el momento indicado, es decir, que el familiar no esté frustrado, de mal humor o molesto. Cuando se expresen los sentimientos es importante no culpar a la otra persona, tiene que ir por el lado de “yo me siento así, porque...”
- Recuerda que las familias no van a cambiar: Cuando le expreses tus emociones a quien te hace daño puede que lo nieguen, se burlen o ignoren, pero también puede que lo acepten. Sin embargo, esas conductas se van a expresar de alguna manera. “Yo le puedo decir a mi mamá, ‘mamá, esto me duele’, y probablemente lo va a entiender, pero de ahí a que lo cambie, no por mala, sino porque esa conducta ya ha sido reforzada por muchísimos años”, agrega Sabal.
- Llegar a un nivel de aceptación: Esto no quiere decir aceptar el maltrato, sino que debemos aceptar que si no cambian, ya es un problema de ellos y que ellos no van a cambiar sus conductas.
“La autoestima se forma de las experiencias y las relaciones que tenemos desde nuestro nacimiento. Es por eso que la familia cumple el rol crucial de cómo nos vamos a sentir nosotros cuando seamos adultos. Si a mí me dicen comentarios negativos, puede ser que a mí me resbalen, pero depende mucho de si la persona se encuentra en un estado vulnerable, ahí si afectaría más”, finaliza Sabal.
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