¿Cómo fortalecer la autoestima de mi hijo si ya vive los cambios de la pubertad?

La pubertad es el período en el que se producen los cambios físicos y psíquicos que convierten a los niños en adultos, en palabras de la Asociación Española de Pediatría (AEPED). Durante esta etapa, no siempre los chicos se sienten cómodos con la nueva persona que observan en el espejo, por lo que es sumamente importante tocar el tema con delicadeza y, desde la posición de los padres, tomar las medidas correspondientes para fortalecer la autoestima de los chicos. De este modo, atravesarán este camino con seguridad y autoaceptación.

“La pubertad o adolescencia inicial es el periodo de la vida en el que una persona presenta cambios físicos y hormonales que marcan la transición de la niñez a la adultez. En general, se acepta que el inicio de la pubertad está señalado por cambios anatómicos y fisiológicos que se producen en el organismo. Además, la adolescencia marca el inicio de una etapa de estrés emocional, pues los jóvenes empiezan a tener mayor independencia, lo cual suele traer conflictos con sus padres”, estableció el Mag. Héctor Lazo Huaylinos, psicólogo de SANNA Clínica San Borja.

¿Cuándo inicia la pubertad?

Según Ellen Rome, pediatra endocrinóloga de Cleveland Clinic, de manera precisa, la pubertad inicia cuando una parte del cerebro -llamada hipotálamo- comienza a producir una hormona liberadora de gonadotropina (GnRH). El hipotálamo envía esta hormona a otra parte del cerebro llamada glándula pituitaria. “La GnRH estimula la glándula pituitaria para que libere dos hormonas más: la hormona luteinizante (LH) y la hormona folículo estimulante (FSH). Estas hormonas viajan a los órganos sexuales (ovarios y testículos), lo que hace que comiencen a liberar hormonas sexuales (estrógeno y testosterona). Estas hormonas mensajeras hacen que comiencen los signos reveladores de la pubertad”, sostuvo la experta.

En el caso de las mujeres, Héctor Lazo especificó que este proceso suele iniciar entre los 10 y 11 años. No obstante, entre los chicos puede empezar entre los 12 y 13 años. “Durante este período, inician los cambios corporales, principalmente debido a las hormonas sexuales, como la testosterona, la progesterona y el estrógeno. Del mismo modo, influyen los aspectos genéticos individuales y la alimentación”, agregó.

Rome hizo énfasis en que los cambios físicos y hormonales de la pubertad pueden finalizar a distintas edades para cada niño. “Las etapas de la pubertad siguen un camino definido con una progresión de cambios físicos, más es posible que los cambios emocionales no progresen al mismo ritmo para todos”, destacó.

¿Qué cambios emocionales atraviesan los jóvenes durante la pubertad?

“Durante la pubertad, los adolescentes experimentan una serie de cambios emocionales significativos debido al aumento de hormonas y al desarrollo cerebral”, resaltó Rome. Dentro de esta lista, el Mag. Lazo incluyó los siguientes cambios psicoemocionales:

• Alta sensibilidad: Durante la pubertad, el cuerpo sufre muchos cambios, lo que puede generar que el adolescente se sienta incómodo con ellos y se vuelva sensible con respecto a su apariencia física. Es muy importante que los padres estén al tanto de los cambios emocionales y de su comportamiento para ayudar al púber a gestionar su inteligencia emocional o buscar ayuda psicológica profesional si es lo necesario.
• Inseguridad: La pubertad es aquella fase de transición en la que pueden surgir muchas preguntas y pensamientos desconocidos de la vida, como la profesión, la pareja y el futuro. Dado que hay muchos cambios inciertos, es posible que se sienta inseguro sobre su personalidad. Esta incertidumbre se hace más evidente cuando las personas cercanas a él tienen expectativas sobre su personalidad.

• Cambios emocionales en la adolescencia y de humor: El adolescente siente cambios frecuentes y extremos en el estado de ánimo, aumentando así la incertidumbre y los pensamientos conflictivos. Estos cambios intensos y frecuentes se llaman cambios de humor y ocurren por los cambios en los niveles hormonales en el cuerpo.
• Presión por los amigos: En la pubertad, el adolescente y su grupo de compañeros se ven influenciados por lo que ven a su alrededor en internet, televisión, redes sociales y la cultura que los envuelve en general. Es muy notoria la presión que pueden tener los demás en su formar de vestir, su lenguaje o su comportamiento. En ocasiones, esto puede ser incómodo e incluso puede cambiar sus gustos.

En adición a ello, Ellen Rome agregó la aparición de ansiedad y estrés a la lista. “El inicio de la pubertad puede traer consigo ansiedad sobre los cambios físicos y la presión para adaptarse a las normas sociales y académicas, lo cual puede hacer que los adolescentes se sientan abrumados o estresados. Del mismo modo, esta presión puede afectar notoriamente en su autoestima. Los adolescentes están muy influenciados por su entorno social y cómo creen que los ven los demás, lo que puede afectar profundamente su sentido del valor propio”, recalcó.

“Asimismo, los jóvenes empiezan a buscar mayor independencia de sus padres y/o cuidadores, por lo que es posible que se creen conflictos y resistencia a la autoridad como parte de su desarrollo hacia una identidad propia”, aseveró Rome.

¿Cómo es el comportamiento de un púber hacia sí mismo?

La pediatra de Cleveland Clinic afirmó que el comportamiento de un adolescente hacia sí mismo durante la pubertad puede ser muy complejo y variado, influenciado por los rápidos cambios hormonales, emocionales y físicos que está experimentando. La especialista aseguró que algunos de los aspectos más notables del comportamiento de un púber hacia sí mismo son los siguientes:

• Autoconciencia y autocriticismo: Los adolescentes suelen volverse más conscientes de sí mismos y de cómo los perciben los demás. Esto puede llevar a un aumento en la autocrítica y la inseguridad, especialmente respecto a su apariencia física y a cómo encajan con sus compañeros.
• Independencia: Buscan mayor independencia de sus padres y otros adultos en su vida, lo cual es parte del proceso natural de formar una identidad propia. Este deseo de independencia a menudo se manifiesta en la exploración de nuevos roles y comportamientos, así como en el establecimiento de límites personales.
• Experimentación: La pubertad es un periodo donde los adolescentes pueden comenzar a experimentar con diferentes roles, identidades y comportamientos. Esto incluye la experimentación con su estilo personal, aficiones e incluso conductas de riesgo.
• Fluctuaciones en el estado de ánimo: Los cambios hormonales pueden provocar fluctuaciones significativas en el estado de ánimo, resultando en momentos de gran energía alternados con periodos de apatía o tristeza.
• Conciencia corporal: A medida que sus cuerpos cambian, los adolescentes pueden desarrollar una nueva conciencia de su imagen corporal, que puede afectar su autoestima y comportamiento. Algunos pueden reaccionar adaptándose activamente con deportes o dietas, mientras otros pueden sentirse incómodos o desconectados de sus cuerpos en cambio.

Estos comportamientos son respuestas normales a los cambios que están experimentando y pueden variar ampliamente de un adolescente a otro. Es crucial que los cuidadores ofrezcan apoyo y comprensión durante este tiempo de transición.

¿Cómo fortalecer la autoestima de mi hijo o hija durante este período?

Lo más importante, conforme al Mag. Lazo, es enseñarle a los púberes que los cambios físicos que se están generando son una etapa de su proceso de desarrollo, que no hay que sentir miedo de ellos porque, como padres, siempre estarán ahí para acompañarlos.

“Algunas veces, pensamos que nuestros pequeños se han convertido en una especie de ser mutante que nunca sabemos con qué idea nueva nos va a salir. Es crucial tener muy presente la empatía, entender todos los cambios que están atravesando. Siempre manténganse en contacto con ellos, háganle saber a sus hijos que están disponibles para hablar en cualquier momento. Incluso, es útil que ustedes, como padres, se den el trabajo de iniciar algunas conversaciones para estar al tanto de ellos”, reforzó el experto de SANNA Clínica San Borja.

En la misma línea, Rome mencionó la importancia de la comunicación efectiva, la escucha activa y promover un ambiente de apoyo en casa. “Ayuda a tus hijos a desarrollar su autoestima alentando sus esfuerzos y logros. Asegúrales que son valorados por sus cualidades intrínsecas, no solo por su rendimiento o apariencia”, declaró. De igual manera, incorporó los siguientes consejos:

• Fomentar la autoestima: Ayuda a tus hijos a desarrollar su autoestima alentando sus esfuerzos y logros, y asegurándoles que son valorados por sus cualidades intrínsecas, no solo por su rendimiento o apariencia.
• Establecer límites claros y coherentes: Proporciona estructura y límites claros que ayuden a tus hijos a sentirse seguros. Esto incluye establecer expectativas realistas y ser consistente con las reglas y consecuencias.
• Educar sobre los cambios físicos y emocionales: Informa a tus hijos sobre los cambios que están experimentando. Entender lo que está sucediendo en su cuerpo y por qué puede ayudarles a sentirse menos ansiosos respecto a los cambios durante la pubertad.
• Apoyo profesional cuando sea necesario: No dudes en buscar apoyo profesional si las inseguridades de tus hijos parecen abrumadoras o si afectan su funcionamiento diario. Un consejero o terapeuta puede ofrecer estrategias adicionales y apoyo para manejar estas preocupaciones.

Estos enfoques no solo ayudan a los adolescentes a manejar sus inseguridades, sino que también les proporcionan las herramientas para desarrollar resiliencia y confianza en sí mismos a medida que crecen.

“Es crucial ayudar a los adolescentes a desarrollar una imagen positiva de sí mismos. Esto implica reconocer y valorar sus cualidades y potencialidades mientras se es realista respecto a sus limitaciones. Anima a tu hijo a hacer un inventario de sus cualidades positivas, establecer objetivos personales alcanzables y aprender a aceptarse y quererse tal como es”, concluyó la experta de Cleveland Clinic.