Si ves a tu hijo preocupado por un examen, expertos aseguran que es porque le está dando a dicha prueba el grado de importancia que se merece. Sin embargo, esto puede desencadenar un cuadro de nervios y estrés en niños y adolescentes, según un artículo de la revista “Pediatrics”.
Para evitar llegar a estos extremos, debes apoyar a tu pequeño en sentirse aliviado ante los retos académicas. Para ello, tiene que quedarle bien en claro que una mala calificación no está relacionada con la falta de capacidades.
El estrés no siempre es malo
Hay que comprender que, sin el estrés funcional, no reaccionaríamos ante los estímulos vitales y no podríamos llevar a cabo ninguna decisión. Nos ayuda a avanzar y a ser resolutivos y, siempre que no se convierta en algo patológico o disfuncional, es absolutamente normal sentirlo en momentos importantes de nuestra vida.
No obstante, un elevado índice de estrés puede provocar lapsus de memoria, bloqueos y mala asimilación de contenidos, originando que todo lo estudiado en la víspera sea invalidado por su subconsciente.
Consejos para ayudar a tu hijo
A continuación, te presentamos algunos consejos que pueden servirle a tu pequeño a afrontar los exámenes debidamente.
Escuchar y mostrar empatía: Es importante que escuches a tu hijo y muestres empatía hacia sus sentimientos. Escucha sus preocupaciones y ayúdalo a entender que es normal sentir nervios antes de un examen importante.
Establecer un ambiente de estudio adecuado: Asegúrate de que tu hijo tenga un lugar tranquilo y bien iluminado para estudiar, y que cuente con todos los materiales que necesitará para el examen.
Establecer un horario de estudio: Ayuda a tu hijo a planificar su tiempo de estudio para que no se sienta abrumado. Trata de incluir descansos regulares para evitar el agotamiento.
Fomentar hábitos de estudio saludables: Asegúrate de que tu hijo esté durmiendo lo suficiente, comiendo alimentos saludables y haciendo ejercicio regularmente para mantenerse saludable y concentrado.
Practicar técnicas de relajación: Enséñale a tu hijo técnicas de relajación, como la respiración profunda y la meditación, que pueden ayudarlo a calmarse y a reducir el estrés.
Enseñar técnicas de manejo del tiempo: Ayuda a tu hijo a planificar el tiempo del examen y a dividirlo de manera efectiva entre las preguntas.
Reforzar el pensamiento positivo: Ayuda a tu hijo a enfocarse en sus fortalezas y habilidades en lugar de en sus temores y preocupaciones. Anímalo a pensar en positivo y a creer en sí mismo.
Importante
Es importante destacar que estos consejos son útiles para la mayoría de los niños, pero recuerda que cada menor es diferente y puede responder de manera única a las técnicas de reducción de estrés. Es posible que debas adaptar estos tips a las necesidades específicas de tu hijo.
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