El ritmo de aplicación de la dosis de refuerzo contra el COVID-19, que será clave para evitar la propagación de nuevas variantes o frenar una eventual cuarta ola del virus, aún avanza a paso lento. Al cierre de ayer, las personas inmunizadas con la tercera dosis ascendían a 13,2 millones, cifra que representa solo al 46,2% de la población objetivo (mayores de 12 años) según cifras del Repositorio Único Nacional de Información en Salud (Reunis) del Minsa. En el grupo de adultos mayores, los más vulnerables, esta cifra había alcanzado el 70%.
Desde el 1 de abril, la presentación del carnet de vacunación con las tres dosis del fármaco es obligatorio para el ingreso de mayores de edad a establecimientos públicos y privados, así como para realizar trabajo presencial, de acuerdo con el Decreto Supremo N° 030-2022 publicado en El Peruano. Pese a ello, menos de la mitad de adultos entre 18 y 40 años, que en su mayoría pertenecen a la Población Económicamente Activa (PEA), cuentan con este requisito.
La desaceleración en la vacunación a nivel nacional se hizo evidente durante la gestión del aún ministro de Salud, Hernán Condori, quien fue censurado el pasado jueves por el Congreso de la República. En marzo, el promedio de inoculaciones alcanzó las 73 mil dosis de refuerzo diarias, cifra menor en 42,8% respecto a los niveles máximos observados durante el mes de enero, cuando, en promedio, más de 128 mil peruanos se vacunaban con la tercera dosis [ver infografía].
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En caída
¿Cómo ha variado la velocidad de vacunación? A inicios de febrero, durante los últimos días de gestión del exministro Hernando Cevallos, el personal de salud aplicaba en promedio unas 103 mil terceras dosis a nivel nacional. Después de tres semanas, que estuvieron marcadas por la renuncia del equipo consultivo del Minsa y de funcionarios claves en el proceso, dicha cifra apenas superaba las 60 mil dosis, la más baja del año y que se mantuvo en un nivel casi constante hasta el día 23 de ese mes.
El retroceso en los niveles de inmunización fue reconocido incluso por el propio Condori. Sin embargo, el titular del Minsa lo atribuyó a que el descenso de la mortalidad por la enfermedad hacía pensar a la población que el virus ya no estaba presente y por eso perdía interés en la vacunación.
“Como ya no hay muchos casos de fallecidos, no se ven en las calles que se van viendo bolsas negras de cadáveres de estos pacientes por esta enfermedad que ha enlutado al país. Como ya no se ve, la gente también no toma consciencia que esta enfermedad no ha desaparecido, entonces tenemos los puntos de vacunación prácticamente vacíos”, señaló durante una visita a la ciudad de Trujillo.
Estas declaraciones fueron rechazadas por expertos en el sector, como el exministro de Salud, Óscar Ugarte, quien remarcó que el problema principal radica en la política aplicada por el Minsa. “Es porque el propio Gobierno está diciendo suficiente con dos dosis, eso es lo grave. La responsabilidad no es de las personas sino de las autoridades, quienes dan un pésimo mensaje”, indicó.
En los últimos días de marzo se observa una ligera recuperación en las dosis de refuerzo aplicadas, que coincide con el inicio del primer Vacunatón del 2022, donde diversos centros ubicados en Lima y Callao atendieron 36 y 12 horas seguidas, así como por la cercanía de la exigencia de la tercera dosis para el ingreso a locales.
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Contraste en regiones
Al igual que en la aplicación de la primera y segunda dosis, el avance en la cobertura de la dosis de refuerzo muestra una marcada diferencia entre regiones. Lima Metropolitana, Callao, Ica y Lima Provincias encabezan la lista; pero aún no superan el 60% de inmunizados. Dentro de la capital, la zona con mayor avance corresponde a la Diris Lima Centro y Lima Sur, con avances de 61,6% y 57,6% respectivamente. Por su parte, el primer puerto tiene una cobertura del 60%
Sin embargo, el rezago es más notorio en la selva y algunas zonas del sur del país. En Ucayali, Loreto, Huancavelica, Ayacucho, Madre de Dios y Puno, la cobertura con la dosis de refuerzo se encuentra por debajo del 30% de la población objetivo.