La hidroxicloroquina e ivermectina seguirán siendo utilizadas en la atención ambulatoria de personas con síntomas leves de COVID-19, informó la ministra de Salud , Pilar Mazzetti. Estos fármacos, junto a la azitromicina, fueron retirados el último martes de la guía de tratamiento para pacientes hospitalizados luego de que se confirmara que su uso individual o combinado no tenía efectos positivos en las personas internadas.
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En conferencia de prensa, la titular del Minsa dijo que aunque no existe un tratamiento específico para esta enfermedad se ha decidido mantener el uso en casos leves (Resolución Ministerial N° 375-2020-MINSA) hasta que se tengan los resultados de estudios sobre experiencias locales.
“El uso de la hidroxicloroquina, azitromicina e ivermectina o sus combinaciones, en base a las evidencias actuales, no tiene un efecto beneficioso [en hospitalización]. Es decir, no nos ayuda a mejorar a los pacientes y por lo tanto no se recomienda su uso. Queda pendiente las conclusiones respecto al tratamiento para pacientes leves y ambulatorios”, declaró.
El uso de estos tres medicamentos ha sido cuestionado desde hace varios meses debido a que a la fecha no existe evidencia científica contundente que haya probado su efectividad frente al coronavirus en etapas leves, moderadas o graves. De hecho, en julio pasado la OMS suspendió su uso en la investigación Solidarity para encontrar un tratamiento efectivo y la la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) le revocó la autorización. A nivel nacional, el Instituto de Evaluación de Tecnologías en Salud e Investigación de EsSalud (IETSI) ha presentado varios reportes desaconsejando el uso de dichos fármacos. Precisamente, un preestudio de esta institución publicado la semana pasada advertía que aumentaban hasta en 84% el riesgo de muerte en pacientes hospitalizados.
Al respecto, Mazzetti señaló que la decisión de comprarlos y utilizarlos – desde esta semana solo a nivel ambulatorio – corresponde a una política nacional adoptada “en base a lo que se concluya en nuestro país”. “La adquisición de los medicamentos continúa mientras se hacen las evaluaciones. Los países somos independientes y cada uno toma su propia decisión [...] Nuestro interés es que nuestros pacientes tengan hasta donde sea posible la máxima oportunidad de recibir algo que les permita disminuir su carga viral. Uno hace el equilibrio entre riesgos y beneficios”, dijo. Lo que sí rechazó fue la automedicación en cualquier nivel de la enfermedad porque agrava la situación de las personas contagiadas.
El último lunes, cinco sociedades científicos peruanas (de Medicina interna, Medicina intensiva, Enfermedades infecciosas y tropicales, Neumología y Hematología) firmaron un pronunciamiento en el que reiteraban que ante la falta de científicos publicados que sustenten el uso de hidroxicloroquina, azitromicina e ivermectina “en profilaxis o tratamiento de casos leves ambulatorios” no recomendaban su uso.
No obstante, los médicos Ciro Maguiña y Eduardo Gotuzzo, participantes también de la conferencia de prensa, defendieron el uso de la ivermectina al señalar que es un medicamento seguro para pacientes leves. “La ivermectina es un antiparasitario que se ha usado en millones en el mundo antes de la pandemia. Es muy seguro, poco tóxico, tal vez de las medicinas menos toxicas, y con las dosis que el Minsa ha señalado no tenemos efectos adversos serios que sí ha tenido con la hidroxicloroquina [...] Cada país ve su realidad sanitaria”, reiteró Maguiña. Gotuzzo agregó que su uso queda bajo responsabilidad del médico tratante.
Evidencia y seguridad
Para Germán Málaga, médico responsable del hospital modular COVID-19 de Hospital Cayetano Heredia, mantener estos fármacos en casos leves es una estrategia nociva para la salud pública porque no existen estudios científicos que los avalen. Él es uno de los doce médicos peruanos que en junio pasado firmó una carta abierta para pedir al Minsa que descontinúe la recomendación de tratar el COVID-19 con estos medicamentos.
“En medicina no se usan fármacos por una corazonada o experiencia de mis pacientes. Eso no es tener fundamento científico y evidencia no existe a la fecha. Esta estrategia ha sido nefasta”, dijo a El Comercio.
Aunque precisa que la ivermectina sigue en evaluación – de hecho la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) realiza un ensayo clínico para evaluar su eficacia versus un placebo – considera que no es válido promover su uso sin resultados sobre su efectividad. “Me parecería estupendo que funcione aunque es dudoso porque Ica, que es el departamento que más ha recibido, tiene más muertos por millón. Al contrario, se promueve la automedicación. Si las señales del Minsa es en pro del tratamiento, se empuja a la gente a usarlos”, agregó.
La infectóloga e investigadora Theresa Ochoa, directora del Instituto de Medicina Tropical Alexander von Humboldt de la UPCH, también está a favor de que se realicen ensayos clínicos peruanos, pero reitera que el argumento de que se tiene que esperar evidencia local no es legítima para sustentar su compra y distribución nacional. En diálogo con este Diario, reconoció que al inicio de la pandemia era justificado que el Minsa los incluya en su guía de tratamiento a modo de emergencia, pero no que se mantengan siete meses después a pesar de la falta de evidencia a favor. Por ejemplo, dos ensayos clínicos aleatorizados realizados en Estados Unidos y Canadá y España indican que no es recomendable el uso de hidroxicloroquina en pacientes no hospitalizados en los primeros días de la enfermedad.
“Promoverlos da una falsa sensación de seguridad en los usuarios, cuando lo que realmente se necesita a nivel primario es que las personas contagiadas hagan la cuarentena y monitorizar su saturación de oxígeno”, enfatizó.
Con ambos coincide el médico Álvaro Taype Rondán, investigador en la Universidad San Ignacio de Loyola, quien agrega que utilizar medicamentos no probados en pacientes ambulatorios puede afectar incluso a una mayor población de personas infectadas porque se estima que solo el 5% requiere hospitalización. “La gran mayoría de pacientes no va a necesitar hospitalización y les ir bien tomen lo que tomen. Si hay investigaciones en el Perú, que las prepubliquen porque no conocemos cuáles son sus metodologías. Se tiene que saber quiénes los hacen para que no haya conflicto de intereses”, agregó en diálogo con este Diario.
De acuerdo con Mazzetti, el Grupo de Trabajo COVID-19, se reunirá mañana para tomar decisiones sobre los casos ambulatorios.