Milagros Ruiz, Pía Galaván y Enrique Bustos no pusieron excusas para ir a ejercer su derecho. A pesar de las limitaciones físicas que los tres enfrentan, acudieron a sus centros de votación y verificaron los avances que se ha logrado al habilitar mejores espacios para personas con discapacidad.
Para Milagros, a quien una parálisis cerebral la obliga a usar una silla de ruedas para movilizarse, ir a votar se volvió más fácil una vez que la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) permitió que ella elija el local de su preferencia. “Antes tenía que ir hasta el jirón Cuzco, en el Centro de Lima, y encima me tocaba en un tercer piso”, recuerda.
En esta oportunidad, El Comercio recorrió con ella las tres cuadras que le toma llegar hasta la I.E. Emblemática Hipólito Unanue, donde tanto la policía como el personal electoral se mostró dispuesto a ayudarla en su llegada hasta la ánfora correspondiente.
Según la ONPE, las personas con discapacidad tienen atención preferencial a la hora de llegar al local. Para ello también se habilitó la plataforma virtual en la que se puede indicar la condición particular de cada ciudadano. El caso de Pia Galaván fue distinto al de Milagros, a quien esta vez le asignaron un centro de votación ubicado a 20 minutos en auto desde su domicilio. Pia tiene espalda bífida y se moviliza con muletas, no le es posible llegar a pie.
“Creo que deberían adoptarse medidas digitales para nosotros. Es cierto que estos últimos años se han presentado avances, pero aún hay un gran tramo por recorrer”, indica. En su local, el trato no fue igual de capacitado, algo que las autoridades deben prever al contar con un aula exclusiva para atención preferencial.
Por su parte, Enrique Bustos aplaude la labor de las autoridades electorales al haber implementado cartillas Braille para los peruanos con discapacidad visual. Si bien él fue acompañado por su hijo hasta el local de votación, ingresó solo a la cámara secreta. “Yo tengo derecho a que mi voto sea secreto y poder leer la cartilla me lo permite”, indica. El es prensa de Consejo Nacional para la Integración de la Persona con Discapacidad (CONADIS) y año tras año ha seguido cada proceso electoral de cerca, siempre ejerciendo su derecho al sufragio. Esta vez le tocó en Jesús María.