El trance que atraviesan los Almeyda Ávalos, probablemente, es similar al de muchas otras familias del país que han sido golpeadas por el COVID-19. Con 5 de sus integrantes contagiados de coronavirus, entre ellos dos adultos mayores, sus esfuerzos por conseguir medicinas y abastecerse de oxígeno han sido titánicos.
Y en las últimas horas, le hicieron frente a una nueva batalla: sacar de Aduanas a el concentrador de oxígeno que debe asistir a Ascención Felipe Almeyda Pachas, el mayor de sus pacientes, un adulto de 83 años que se encuentra en estado grave.
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Ana Lucía Almeyda cuenta a El Comercio que el dispositivo que ayudará a que su abuelo continúe respirando, fue retenido en Aduanas del aeropuerto Jorge Chávez del Callao, desde las 9:00 p.m. del lunes 1 de marzo. “Un familiar trajo el aparato desde España. El concentrador de oxígeno pasó por varios controles en su país de origen y en Chile. Lastimosamente, Perú es el único lugar en donde dicen que esta es una mercancía restringida y que puede ser un objeto peligroso”, explica.
“En un país en el que el Estado no nos asegura vacunas, no tiene capacidad para implementar plantas de oxígeno, no tiene establecimientos de salud en condiciones aceptables y los privados quintuplican el precio de los balones de oxígeno y los concentradores, tener una normativa restrictiva del único elemento que podría darnos esperanza de vida es un asesinato. Es una real burla hacia la población y hacía nuestros derechos fundamentales”, agrega Almeyda.
De acuerdo con la familia, la persona que trajo el aparato contaba con todos los documentos médicos que acreditan el estado del paciente que necesita el concentrador de oxígeno. A pesar de ello, aduanas trasladó el aparato de 5,9 kilos de peso a su almacén central y se limitó a brindar el número del “Simplifono” (92050-4436) para poder seguir con el trámite correspondiente.
Horas después, los Almeyda Ávalos se comunicaron con el “Simplifono” vía WhatsApp y no obtuvieron respuesta alguna. Incluso, enviaron fotos de los medicamentos del paciente y de él mismo recibiendo oxígeno, pero ningún operador se comunicó con la familia para brindar orientación. “Algunos conocidos me dijeron que se demoran un promedio de 10 días para entregar el aparato. Mi abuelo está grave y no podemos esperar tanto tiempo. Nosotros estábamos confiados en que dejarían ingresar el concentrador de oxígeno”, dice Ana Lucía.
En simultáneo, la familia inició el trámite virtual a través del portal de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid), entidad adscrita al Ministerio de Salud (Minsa), para poder recibir la autorización de importación del concentrador de oxígeno. De acuerdo con la nieta del paciente, hasta pasadas las 2:00 p.m. del día de hoy, no se sabía nada del estado del requerimiento ya que ni el personal de Aduanas o Digemid respondían las líneas telefónicas, mensajes de WhatsApp ni correos electrónicos.
Este Diario se contacto con el área de Imagen Institucional de la SUNAT, quienes tomaron los datos de Ana Lucía Almeyda y se contactaron con ella para revisar su solicitud. De acuerdo con la denunciante, se le informó que “la normativa restrictiva es parte de la política de salud y que Aduanas no tiene injerencia”. El Minsa también se contactó con la familia y a través de Digemid se aprobó, finalmente, la ficha para la importación del aparato.
Cuando la familia Almeyda Ávalos pensó que todo estaba resuelto, se dieron cuenta que aún estaban muy lejos de conseguir el concentrador de oxígeno. Ana Lucía cuenta a El Comercio que desde SUNAT se comunicaron con ella para decirle que “había un problema con su solicitud porque el nombre del paciente y de la persona que hizo los trámites no coincidía”.
“Mi abuelo no puede respirar y depende de oxígeno para vivir. Es ilógico que me digan que él tiene que hacer sus propios trámites. Como solución me dijeron que él debía darme una carta poder en la que nos autorice recoger el dispositivo. Esto es ridículo y estoy segura de que muchas familias pasan a diario por situaciones similares que ponen en riesgo la salud de sus parientes con coronavirus”, señala la joven.
Durante la noche, la familia Almeyda Ávalos se encontraba en el proceso de recoger el dispositivo de aduanas. Ellos permanecieron más de 12 horas en el aeropuerto Jorge Chávez haciéndole seguimiento a su caso, finalmente, cerca de las 8:00 p.m. y después de una infinidad de trámites, el concentrador de oxígeno fue entregado. Ana Lucía y sus familiares retornaron a su natal Chincha llevando el aparato que ayudará en la recuperación de su abuelo.
Consideraciones
En una entrevista previa con El Comercio, Lida Hildebrant, directora de Dispositivos Médicos y Productos Sanitarios de la Digemid explicó que existen tres vías para solicitar los permisos para adquirir concentradores de oxígeno, trámite necesario que permite el retiro de estos insumos en aduanas.
La primera opción para personas naturales se realiza en el portal de la Digemid.”Uno puede comprar o importar un concentrador de oxígeno cuando se lo prescribe su médico porque tiene comorbilidades o su trabajo tiene un nivel alto de riesgo de contagio. El trámite se realiza en el portal de la Digemid, se llena el formulario y se adjunta la receta”, indicó Hildebrandt.
La segunda opción es brindar autorizaciones excepcionales a empresas para su comercialización solo durante el contexto de emergencia. Mientras que la tercera vía apunta a las empresas que deciden importar de manera preventiva para sus trabajadores que están expuestos a contagiarse del coronavirus.
El texto fue actualizado y se consignaron los datos de la entrega del concentrador de oxígeno.