Hace una semana, la nueva directora de la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU), María Jara Risco, declaró que intentará –a través de un decreto de urgencia– transferir las competencias para el uso de bicicletas desde las municipalidades distritales hacia la ATU. Según dijo la funcionaria, el hecho de que la administración de las ciclovías y la regulación del uso de bicicletas no sean competencias de esa institución “es poco moderno”. Asimismo, reflexionó sobre la necesidad de pensar en la movilidad bajo una visión holística.
En la misma entrevista, Jara Risco resaltó que, hoy en día, el uso de bicicletas representa menos del 1% de los viajes realizados en Lima Metropolitana. Por un lado, es una cifra preocupante, que muestra la necesidad de impulsar el uso de este tipo de vehículos con urgencia. Por otro lado, también es una clara señal de que, actualmente, la bicicleta no juega ningún rol en términos de la movilidad en la capital.
En cambio, la gran mayoría de personas viajan en el transporte público limeño. Justamente, la razón principal por la cual se ha creado la ATU era impulsar una reforma del sistema de transporte masivo. No obstante, la labor de reemplazar combis por buses, autobuses de tránsito rápido (o BRT por sus siglas en inglés, como el metropolitano) y líneas de metro es complejo, y puede demorar décadas.
Que Lima cuente con un sistema integral de transporte masivo tiene que ser una de las tareas prioritarias y más importantes para el Gobierno Nacional. Es algo que puede mejorar las economías de aglomeración de la capital, e impulsar así un crecimiento económico para todo el país.
Como ciclista y también alguien que diseña y usa las ciclovías, sé que Lima necesita más y mejor infraestructura para los ciclistas. Sin embargo, el desarrollo de sistemas de transporte masivo es mucho más importante. La prioridad de la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao, finalmente, tiene que ser el transporte.
En una entrevista reciente con RPP, Jara Risco tuvo toda la razón cuando dijo que las bicicletas y las ciclovías son importantes para “integrar de verdad el sistema”. “La última milla, los últimos kilómetros, los viajes más cortos, deben ser en bicicleta y en bicicleta segura”, señaló la funcionaria. Aunque esto se puede lograr sin quitar más competencias a las municipalidades.
En algún momento, la idea de la ATU era generar una autoridad de transporte y tránsito, pero, al final, el Gobierno Nacional tomó la decisión de dejar las competencias de tránsito a la Municipalidad Metropolitana de Lima y su Gerencia de Transporte Urbano (GTU). En última instancia, las competencias para normar el uso de bicicletas, así como otros sistemas de micromovilidad, son un tema de tránsito y vialidad, y deben permanecer en la GTU municipal. Es en esta escala donde se debe fortalecer la institución y concentrar las competencias sobre la micromovilidad.
La ATU ya tiene competencias para opinar sobre los planes de movilidad metropolitana y distritales. Es allí donde se puede reforzar la intermodalidad (es decir, la articulación) entre los sistemas de transporte masivo con el uso de la bicicleta.