Una nueva modalidad de transporte informal invade las calles de Lima. Esta vez, un grupo de personas brinda un servicio de taxi a domicilio en motocicletas que, además de ser ilegal, pone en peligro la vida de los pasajeros.A través de las redes sociales, se promocionan estas motos como la forma “más rápida y barata para llegar a tu centro de trabajo o estudios”. Una vez que te comunicas con ellos por Facebook, te piden que los agregues a WhatsApp, medio desde el cual se realizan las coordinaciones.
Un periodista de El Comercio contrató el servicio de Moto Green Perú y comprobó la temeridad con la que conducen. Se colocan en agenda el lugar de salida y el destino con al menos media hora de anticipación. Luego, cuando el conductor llega al punto acordado te entrega un casco. Hasta ahí llegan las medidas de seguridad.
Tras subir al vehículo, el motociclista emprende una carrera contra el tiempo. El chofer conduce a excesiva velocidad serpenteando a cuanto auto circule por las vías y cruza sin temor las luces en rojo. En varios videos colgados en las cuentas de las empresas que dan este servicio, se ve que las motos transitan en medio del tráfico sin respetar su carril. Circulan rápidamente entre filas de camiones y autos en movimiento.
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Durante el recorrido, se comprobó que los peatones tampoco están a salvo de estos conductores, ya que no aminoran la marcha al pasar los rompemuelles en calles secundarias y siempre se estacionan sobre el paso de cebra, exclusivo para el cruce de los transeúntes.
Una vez en el destino, el pasajero baja, entrega el casco y paga el servicio en efectivo. Al final de la ruta, el motociclista revisa su celular en busca del siguiente cliente.
—Servicio ilegal—Esta modalidad de servicio de transporte era desconocida por la Policía Nacional; sin embargo, la institución asegura que es ilegal debido a que los vehículos menores que pertenecen a la categoría L no pueden hacer transporte público de pasajeros. La única excepción son los mototaxis (categoría L5).
“Las motos están totalmente prohibidas de hacer un servicio público de transporte. Muchos de los conductores de moto usan Afocat (Asociación de Fondos Regionales o Provinciales contra Accidentes de Tránsito), en vez del SOAT (seguro obligatorio ante accidentes de tránsito)”, advierte el coronel PNP Guillermo Llerena, jefe de la Policía de Tránsito de Lima.
Alfonso Flórez, gerente general de la fundación Transitemos, precisa que en el Reglamento Nacional de Transporte no se contempla que las motos brinden un servicio de taxi como si fuesen automóviles. Agrega que el tipo de conducción que realizan no es el adecuado, lo que pone en riesgo la integridad del chofer y el pasajero.
“Los motociclistas deben movilizarse como un auto; es decir, ocupando un espacio en medio del carril y no entre los carros. Acá van por la vereda o por donde les da la gana porque no hay fiscalización”, asegura Flórez.
El experto en transporte señala que en ciudades como Madrid existen sistemas de taxi en moto, pero operan bajo una estricta reglamentación.Según el Reglamento Nacional de Tránsito, circular en forma desordenada o realizar maniobras temerarias o peligrosas es una falta grave (G29) que se sanciona con una multa de S/332.
Para Edwin Derteano, presidente de la Autoridad Automotriz del Perú (AAP), la aparición del servicio de taxi en motos responde a la necesidad de los usuarios por contar con un sistema de transporte eficiente, que movilice a los pasajeros en un tiempo razonable.“Hay una inacción del Ministerio de Transportes. La moto es un antídoto contra la congestión vehicular pese a no ser un servicio autorizado”, dice el presidente de la AAP.
Sobre los riesgos que puede acarrear la conducción temeraria de los choferes de moto, Derteano precisa que eso depende de quién esté al volante. “Peligro hay en todas partes”, indica. No obstante, señala que una ciudad con un buen sistema de transporte no debería tener servicio de taxi en moto.
En los alrededores del óvalo Higuereta, en Surco, existen motociclistas que ofrecen ilegalmente el servicio de colectivo. Según comprobó hace unas semanas este Diario, cobran entre S/5 y S/8 por el traslado de pasajeros desde el óvalo hasta Caminos del Inca. Los conductores de estos vehículos captan al público en paraderos informales. Después de negociar el precio y la ruta, entregan un casco a sus eventuales clientes. Meses atrás también se reportó esta práctica informal en sectores de Miraflores y Surquillo.