“Soy el árbol que crece torcido, el que su tronco nunca endereza”. Cuco Morales sentencia desde un improvisado trono de aire entre dos ramas de un viejo árbol del parque Local, en Miraflores, escenario de su niñez. Él, ataviado en un conjunto naranja, resplandece.
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Es, justamente, de la oscuridad de la pandemia, que Cuco extrajo luz, color que proyectó en las formas vitales de árboles que se yerguen imponentes, gráciles. Estas obras gestadas y paridas en pandemia se suman a las producidas desde el 2004 para dar forma a la muestra “Resplandeciente” (sala Luis Miró Quesada Garland), curada por la historiadora Issela Ccoyllo, y que cuenta con 25 piezas del artista.
El nombre de la muestra es particularmente significativa para Cuco Morales, sobre todo en épocas donde el mundo ha sido azotado por tanta muerte y dolor. “Después de todo lo que ha pasado, uno sale de la oscuridad resplandeciente. Es lo único que queda: crear, y como en la pintura, mientras más oscuro, más se ve la luz”.
Es casualmente esta presencia transformadora de la luz que más resalta en la muestra. “La transgresión en el uso de colores tiene su poder más lúdico en los cielos que testimonian el transcurso del día y su efecto pasajero en todo el ambiente. Así como la luz es elemento vital de la naturaleza, lo es también para crear visiones cromáticas desde el rigor que el artista le impregna”, reseña la curadora.
Esta muestra ofrece además trazos y formas que evocan el encuentro con uno mismo, un viaje introspectivo que lleva a una plácida soledad. “Mi pintura refleja un mundo de paz, un mundo del encuentro con uno mismo, de esta paz interior, de este resplandecer”, cuenta, e inmediatamente cambia el rictus solemne por una sonrisa cómplice y agrega: “Pero mi parte lúdica es en la cual yo me divierto, me río de mí, me río con los demás de muchas cosas que parecieran ser el concepto de realidad que tenemos todos”.
Despreocupado por los prejuicios, Cuco se muestra tal cual es, libre, sin pedir permiso ni perdón. Es justamente ese espíritu emancipado que muestra en su obra lo que lo llevó abandonar su casa rumbo a Brasil para formarse como artista cuando tenía 16 años y una pasión por el arte que lo devoraba por dentro.
Y es esa alegría, esa sonrisa fácil lo que más caracteriza a este artista plástico de más de 30 años de trayectoria. Sin embargo, para él, tanto la alegría como la tristeza son efímeras. Asegura que ser conscientes de lo que decimos, hacemos y dejamos en el otro, es lo que nos mantiene bien. “Cuando uno tiene consciencia del otro, es cuando se es más feliz, porque ya no te vas a sentir solo”.
Recopilar su obra repartida por el Perú y el mundo en 17 años y decidir qué incluir en la muestra no fue tarea fácil. Es ahí que, para Cuco, la experiencia de Ccoyllo fue vital. “Es difícil armar una muestra porque se acumulan una serie de cosas que tienes y ya no tienes. Hay gente que adquiere cuadros, algunos los recuerdas, otros no. No sé cuántas pinturas he hecho. Entonces, ¿cómo armo? Tengo que llamar a un curador que tenga el ‘expertise’ de poder darle un soporte al artista, pero no solo de poner cuadros en la pared, sino también soporte emocional, que conozca tu trabajo, lo sepa guiar, que exista confianza entre los dos. Encontré a la curadora [Issela Ccoyllo] que es mi amiga. Es una persona deslumbrante, no por gusto tiene el lugar que tiene como curadora”, cuenta.
A sus 64 años Cuco no piensa en el retiro, al contrario, tiene en mente más muestras. “Hay una parte gráfica que he expuesto muy poco, pero que es una parte lúdica muy mía y que tendrá un nombre bien histriónico como yo”.
Asegura también que seguirá pintando hasta que la vida le alcance. Señala, además, que el motor de la fuerza vital que posee es el darse cuenta que como artista puede dejar tantas cosas para tanta gente. “El arte es el reflejo del afecto y la concepción de la realidad que tenemos cada uno de nosotros. Por eso no puedo dejar de pintar porque para mí es una necesidad, no solamente una manera de vivir o una realización personal. Es una fuerza maravillosa que me lleva a crear”.
Creyente en la reencarnación, Cuco sabe que la muerte no es el fin, sino el reinicio del viaje. ¿En qué reencarnará? “La naturaleza es tan maravillosa, que lo que me toque, está bien, mi propia naturaleza me ha llevado a ser quien soy, a dejar que las cosas sucedan, a permitir que el otro exista. No tengo pretensiones, la vida es aprender. Si esta vida es así, la que viene será mejor. Eso es ser resplandeciente”.
Más información
Nombre de la exposición: “Resplandeciente”
Autor: José Antonio ‘Cuco’ Morales
Dirección: Sala Luis Miró Quesada Garland en Av. José Larco 450, Miraflores
Fechas: Disponible del 28 de octubre al 24 de noviembre.
Horario: De las 10 a.m. a 9 p.m.
Ingreso: Libre
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