“Mickey Mouse y Nemo son ahora primos corporativos”. Así comenzó una nota publicada el 24 de enero del 2006 en el sitio de CNN que informaba sobre una compra que cambió el panorama de la animación para siempre, la adquisición del ascendente estudio de animación por computadora Pixar Animation por la mayor corporación enfocada al entretenimiento, la Walt Disney Company, por el entonces insólito monto de US$7,4 mil millones. A 15 años del anuncio de la compra, revisamos cómo fue vista en su momento y si resultó ser una buena decisión para la ‘Casa del Ratón’.
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Pero volvamos en el tiempo para recordar cómo era la situación cuando se anunció la compra. Esta seguía un periodo de gran tensión entre Pixar y la Walt Disney Company, en la que habían entrado en disputa por un acuerdo de distribución que firmaron en 1997, después del éxito de su primera colaboración con “Toy Story” en 1995.
Bajo el trato, Disney y Pixar compartían 50-50 las ganancias en las taquillas y las licencias para mercadería, pero la compañía de Mickey Mouse se llevaba adicionalmente una tajada de hasta 15% como distribuidor y, más importante para Pixar, el derecho de utilizar los personajes y la historia de las cintas para una secuela.