El 7 de mayo se cumplieron 10 años desde la premiere de la cuarta cinta de la saga “Piratas del Caribe”, “Pirates of the Caribbean: On Stranger Tides”, cinta que, mucho antes de los problemas de Johnny Depp, empezó el hundimiento de una de las franquicias más lucrativas para Disney.
A casi dos décadas desde el estreno de la primera cinta es fácil olvidar el impacto que la franquicia “Piratas del Caribe” causó en la industria cinematográfica. Estrenada en el 2003, “The Curse of the Black Pearl” (“La maldición de la Perla Negra”) fue un éxito inesperado para Disney, cuyos anteriores intentos de crear una cinta basada en las atracciones de su parque de diversiones habían resultado en fracasos en la taquilla como “The Country Bears” (2002), “The Haunted Mansion” (2003) y, más recientemente, “Tomorrowland: A World Beyond” (2015).
Dirigida por Gore Verbinski - entonces conocido por la cinta de terror “The Ring”- y protagonizada por Johnny Depp en el cenit de su carrera, así como los también populares Orlando Bloom y Keira Knightley, logró recaudar alrededor de US$654 millones en taquillas alrededor del mundo, más de cuatro veces su presupuesto estimado de US$140 millones. La cinta también es considerada la razón por la que Depp, quien recibió un SAG Award y una nominación al Oscar por su actuación, empezó a ser considerado una de las mayores estrellas de Hollywood.
Pero de manera más importante, la película revitalizó el género de películas de piratas, el cual había quedado casi en hibernación tras el fracaso de “Cutthroat Island” en 1995. La franquicia de “Piratas del Caribe” pasaría a tener dos exitosas secuelas tituladas “Dead Man’s Chest” (2006) y “At World’s End” (2007), las cuales culminaron la trilogía y, si bien no fueron tan bien recibidas por la crítica, generaron cerca de dos mil millones en las taquillas.
Si ahí hubiera terminado la franquicia tendríamos un interesante artefacto de la historia del cine. Pero como Disney no está para dejar dinero sobre la mesa, decidió continuar con una cuarta entrega del filme de piratas.
BARCO A LA DERIVA
Y aunque el proyecto contaba con el apoyo de su mayor estrella Johnny Depp y su interpretación del capitán Jack Sparrow, otras de sus figuras claves como Bloom y Knightley estuvieron ausentes. Más importante, Verbinski, a quien la filmación de la segunda y tercera película una tras otra lo habían dejado al borde del colapso, también anunció en el 2009 que no regresaba a la franquicia. En cambio, el realizador dirigió la película de animación “Rango”. Es así que sin su capitán, el barco que era “Piratas del Caribe” terminó a la deriva.
En su reemplazo, Disney reclutó a Rob Marshall, conocido por su exitosa opera prima “Chicago” (2002) que le valió una nominación a Mejor director en los Oscar. Los productores del filme también intentaron adosar al filme trayendo trajo a la actriz española Penélope Cruz, quien pasó a ser un interés amoroso de Sparrow, y a Ian McShane, quien se convirtió en el villano de la película, Barba Negra. Quien sí regresó fue el veterano de la franquicia Geoffrey Rush como el capitán Hector Barbossa, el rival de Jack convertido en su aliado en esta aventura en búsqueda de la Fuente de la juventud.
No fue completamente culpa del director, quien intentó insertar cameos de personajes de la trilogía original. Una aparición Pintel y Ragetti, un dúo interpretado por los actores Lee Arenberg y Mackenzie Crook que habían servido para dar un toque cómico a todas las cintas anteriores, fue grabado pero luego cortado en la edición por cuestiones de tiempo.
Confiados en el éxito de la película, Disney invirtió alrededor de US$410 millones en la película, según una investigación de Forbes, con US$55 millones de ellos destinados a su estrella Johnny Depp. Su apuesta resultó acertada y la película recaudó US$1 mil 45 millones, aunque sufrió de una menor ganancia en su mercado doméstico - el cual cuenta Estados Unidos, Canadá, Puerto Rico y Guam - con solo US$241 millones de ganancias. Donde si fue apaleada fue con la crítica, que encontró la secuela falta de sustancia y demasiado dependiente en las escenas de acción. En Rotten Tomatoes la película solo consiguió un 33% de ‘frescura’ (críticas positivas), puntaje que solo fue superado seis años después con la secuela “Pirates of the Caribbean: Dead Men Tell No Tales” que tuvo un 29%.
Peor aún, el puntaje de la audiencia, quizás más relevante para una franquicia destinada para el consumo masivo, llegó a su punto más bajo con solo un 54% de opiniones positivas, después de mantenerse por encima del 70% por una década.
El daño a la franquicia realmente se sentiría en 2017, con la salida de “Pirates of the Caribbean: Dead Men Tell No Tales”. Dirigida por los realizadores noruegos Joachim Rønning y Espen Sandberg, la cinta recaudó solo US$795 millones a nivel global, convirtiéndose en la primera de la franquicia desde “At World’s End” en lograr ganancias de menos de mil millones.
Fue este rechazo del público, así como los públicos líos legales y matrimoniales de su estrella Johnny Depp, los que terminaron por hundir la balsa que era “Piratas del Caribe”. Ahora Disney ha anunciado que hará un ‘reboot’ de la franquicia con Margot Robbie en el rol principal. Puede que Disney haya terminado con su pirata más conocido, pero eso no significa que vaya a rechazar la oportunidad de un nuevo tesoro.
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