Cuenta regresiva: El Comercio inaugura una serie de artículos especiales sobre el próximo estreno de “Spiderman: No Way Home” (“Spider-Man: Sin camino a casa”), la película de superhéroes más esperada del 2021, protagonizada por Tom Holland, Zendaya, Jacob Batalon, Benedict Cumberbatch; etc. Desde el lunes 6 de diciembre hasta el miércoles 15, publicamos críticas de cada película que el arácnido haya protagonizado en el cine. En esta ocasión, toca ver la segunda cinta dirigida por Sam Raimi, que presentó al doctor Octopus de Alfred Molina, que retomará al personaje.
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Lo primero que pienso al revisitar “Spiderman 2″ (Sam Raimi, 2004) es en lo satisfactoria que resulta. ¿Mejor que la primera entrega? Sí, pero no por los motivos clásicos, esto es más acción o nuevos personajes. Para ser un blockbuster de superhéroes, estamos ante una cinta cuyo corazón es el conflicto del hombre contra sí mismo.
Dos años después de su debut como héroe y la muerte del Duende Verde, Peter Parker (Tobey Maguire) intenta encontrar un balance entre su vida como héroe y aquella como estudiante universitario. Escaso de dinero y de tiempo, parece resignado a que su alter ego arruine su vida, más aún cuando sus amigos Mary Jane Watson (Kirsten Dunst) y Harry Osborn (James Franco) prosperan. Por su parte, el doctor Otto Octavius (Alfred Molina), científico admirado por Parker, sufre un accidente que lo une a unos tentáculos metálicos con inteligencia artificial, los cuales trastornan su mente y lo llevan a cometer crímenes. Y a la par, Peter sufre la pérdida progresiva de sus poderes.
“Si este es mi destino...”
En “Spiderman 2″ el conflicto principal no lo lleva el villano. Alfred Molina hace un buen trabajo como Otto Octavius; un tipo amable, casi como el tío Ben, que tenía potencial de ser alguien muy positivo en la vida de Peter Parker y viceversa. Pero son el joven y su vida secreta quienes sostienen el conflicto en sí mismo. ¿Quién eres? se pregunta el Hombre Araña. ¿El estudiante aplicado? ¿O el héroe en el que muchos desconfían? Peter, por las circunstancias de su vida, está entre dos historias que supone incompatibles y eso lo ha llevado a mentir a sus seres queridos. Así, el héroe está en un momento de su vida donde no tiene plenitud en nada de lo que hace.
Peter quiere cambiar, pero la realidad lo frena como un muro. Recordemos que el héroe, para serlo, no solo requiere valor, sino ser un imán para los problemas. Y Parker cumple esa regla cuando un atraco le quita la última oportunidad de ver el show de Mary Jane, quien a diferencia de él no ha dejado que sus traumas la controlen. Pero ya es tarde para que Peter quiera conquistarla, ella encontró a alguien más. Y justo cuando los problemas de esta doble vida alcanzan su clímax, cuando entiende que ser Spiderman no es tan genial, Peter pierde los poderes.
Cuando vi la película por primera vez en 2004, a mis 16 años, no entendí el por qué ocurría esto. Ningún veneno, ningún plan elaborado del villano para que Parker cuelgue su traje. En cambio un médico le dice que, posiblemente, sea un problema psicológico. Performance issues, diría Tony Stark. Pero Peter, en lugar de tomar esto como una desgracia, lo abraza como una bendición para recuperar la vida que perdió y deja su traje en la basura. Spiderman no more.
Pero no es que Spiderman sea una faceta separada de Peter, es parte de él. Así lo vemos cuando, sin poderes, salva a la niñita del edificio en llamas. Y cuando escucha qué piensan los demás de su trabajo como héroe. La relación Peter-Spiderman no muy compleja, pero tiene sus matices. Y a Peter sí le gusta ser Spiderman. De ahí que duela tanto cuando le diga a Mary Jane que solo sean amigos. Paréntesis: Peter es un solitario, pues no comparte con nadie su secreto. En cambio, cuando el personaje debuta en el MCU, tiene redes de apoyo en su vida de héroe. Tal vez por ello el arácnido de Tom Holland no sea tan meditabundo.
Pero no hay tiempo para sentirse mal por la vida amorosa del héroe, pues Octopus ataca. Y aquí vuelvo al villano de Molina, también controlado por sus poderes en un evidente eco al Duende Verde de Dafoe. La cinta no necesita innovar tanto con este villano, pues Raimi se concentra en los temas antes vistos, sin que esto signifique que el antagonista de turno sea decepcionante. No lo es ni por asomo, y así queda escrito en la resolución de su arco de personaje, cuando es consciente de sus pecados luego de que Peter lo confronta con su moral. Entonces Octopus dice “no moriré siendo un monstruo” y pone fin al proyecto más grande de su vida.
Hay dos personajes que me gustan mucho por el cómo han sido trabajados. La misma Mary Jane, que en su arco de historia tiene claro lo que quiere hacer, cómo va a lograrlo y qué espera de Peter. “Sé que crees que no podemos estar juntos. ¿Pero no puedes respetarme lo suficiente para dejarme tomar mis propias decisiones?”. Esa frase es Mary Jane en estado puro, un desarrollo que la eleva por mucho ante lo visto en la anterior cinta. Y lo mismo con Harry Osborn, que tuvo un rol más bien pequeño, utilitario, pero cuando Raimi lo desarrollarla, es notable. Lleva el dolor escrito en la cara en la escena donde descubre que Peter es Spiderman y no puede matarlo, porque es su amigo.
Hasta aquí, sea con la trama, la fotografía y la performance correcta de los actores, la escena que hizo nuevamente historia en el cine con la pelea del tren e incluso el terror casual de la masacre de Otto en el hospital; pareciera que Sam Raimi no puede fallar, que su trabajo es un regalo inacabable. Pero sí se acabó y como prueba está el cierre de la trilogía en 2007. Aun así, “Spiderman 2″ permanece como un monolito bajo el que todas las otras películas de este héroe son comparadas. Y por eso mismo “No Way Home” tiene el deber de estar a la altura si pretende continuar algunas de sus tramas.
Calificación
4.5 estrellas de 5
Extra: Entrevista con Tobey Maguire para El Comercio
Publicado originalmente el 10 de julio del 2004. Por Alberto Servat.
Sam Raimi no solamente ha conseguido una segunda parte emocionante, llena de vida y subrayada, a la vez, con los aspectos más tenebrosos. El director ha logrado también hacernos creer que Tobey Maguire es el ‘hombre araña’. Nada más irónico si pensamos que se trata de una persona muy reservada. Tal vez por eso, el actor resulta idóneo para dar vida al bobalicón Peter Parker. Y tan lejano para hacer frente al heroísmo en su máxima expresión.
No pareces sentirte a gusto con la fama. No debe ser fácil lidiar con los fanáticos.
En realidad no es tan pesado. La mayor parte de mis ‘fans’ son niños. Y ellos me gustan. Así que no tengo problema en hablarles y darles un autógrafo. Todo eso está bien. Pero los ‘papparazzi’. Eso es distinto. Sin embargo, como en todo, hay que saber vivir con ello.
Son ellos quienes están tratando de encontrar historias de amor donde no las hay.
Sí. Inventaron un romance con Kirsten Dunst en la primer parte solo por la escena del beso en la lluvia. Es una tontería. Las películas son películas, nada más.
¿Tanto te molestó ese romance fabricado por la prensa?
No es que me moleste. Me da lo mismo que lo escriban o no. El asunto es que es mentira.
¿Cuáles son tus héroes del mundo del cómic?
No los tengo.
Es curioso porque interpretas al más popular de ellos. Además, recuerdo perfectamente a tu personaje en “La tormenta de hielo”, leyendo siempre cómics.
¡Es verdad! Pero nunca me han gustado los cómics.
De manera que leíste los de “El hombre araña” solamente para preparar tu personaje.
Así es.
¿Qué prefieres leer?
Prefiero ir al cine.
¿Y qué películas ves?
Todas. Antiguas, modernas. Comedias, dramas. Todas las que pueda.
¿Cuál ha sido la peor parte de tu trabajo en “El hombre araña”?
¡La preparación física! Mantenerme en forma ha sido un proceso muy pesado. Yo no soy del tipo de los que van al gimnasio tres horas diarias.
En esta oportunidad te enfrentas a un villano diferente. ¿Cómo fue el trabajo con Alfred Molina?
Es un actor extraordinario. Para él ha sido una experiencia totalmente diferente. Alfred es un intérprete dramático, no es el actor que encuentras en filmes de acción.
¿Has pensado en interpretar otros personajes mientras preparan la tercera parte?
No sé. No hay nada en concreto. Pero falta más de un año y medio para comenzar la tercera parte. Así que trataré de hacer algo diferente mientras tanto.
¿Te sientes a gusto trabajando con Sam Raimi?
Sí. Es una director que sabe lo que quiere. Eso no es fácil de encontrar.
Dato
- Puedes ver “Spiderman 2” (2004) en Netflix.
- “Spiderman: No Way Home” llega a los cines de Latinoamérica el 15 de diciembre en preestreno, el 16 en estreno regular.
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