En estos momentos, en el Museo de Arte de Lima se puede ver la retrospectiva de “Flavia Gandolfo. De un punto a otra”, en la que se marca el camino que ha seguido el trabajo de la fotógrafa limeña desde fines de los años 80 hasta la actualidad. Desde esos trabajos documentales iniciales, de cuerpos intervenidos, enmascarados, disfrazados, a su interés posterior que la llevó a reflexionar —como ella dice— sobre la historia peruana, pero no abordándola “como una ciencia social, sino desde el arte”. En su caso, desde las múltiples posibilidades que ofrece la representación fotográfica.
Este interés llevó a Flavia Gandolfo a considerar cómo nuestro pasado era enseñado y reproducido en las aulas, a partir de los libros —como los de Gustavo Pons Muzzo— y de relatos que convierten en icónicos solo algunos hechos e imágenes. Y en esto influyó también su formación como historiadora, la primera carrera que la fotógrafa estudió en la Universidad Católica.
Los códigos de la historia
“En el año 1996 —cuenta— comienzo esta investigación en los colegios, a mirar las aulas, los cuadernos, y de eso surge la exposición que titulé ‘Historia’ en 1998. La primera serie de fotos que parecen pizarras en las que extraigo momentos de la enseñanza de este curso y veo cómo se representa mucho a través del dibujo temas muy grandes como la Constitución, las razas del Perú o el propio mapa. Luego de eso, me vinculé con otras fuentes como son los archivos, los libros escolares, y eso marcó también un cambio en lo que estaba mirando y en las narrativas que quería crear”.
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De esta manera, ella conoció el archivo de Toribio Mejía Xesspe, un arqueólogo que trabajó con Julio C. Tello y de ahí surgió su trabajo en video “Memorizando sueños arqueológicos”. Entre los papales de Mejía Xesspe, la fotógrafa descubrió algunas cartas de Victoria de la Jara, la gran arqueóloga peruana que proponía la existencia de una escritura prehispánica en los telares y tocapus. Eso llamó su interés y, con el tiempo, pudo acceder a los trabajos de la investigadora conservados en el American Museum of Natural History, de Nueva York. Gandolfo logró fotografiar los fólderes en los que De la Jara describía sus hallazgos y organizaba su información. “A partir de esas reproducciones desarrollé una obra —'Desciframientos de Victoria’— que tiene cinco piezas, como tejidos largos, y pueden ser una referencia al quipu en el sentido en que muestran diferentes longitudes”, explica la artista.
Tiempo de máscaras
La obra que Gandolfo presenta al proyecto De Voz a Voz Perú se titula ‘Detrás’ y parte de esa búsqueda que la fotógrafa y el curador Miguel López realizaron para la muestra del MALI. “He revisado muchos negativos de los años noventa —cuenta Gandolfo— y recordé esta fotografía hecha en una tienda de disfraces, en 1993, en la que aparece este personaje que está con la cabeza volteada. Se relaciona mucho con esa parte de mi trabajo vinculada con los cuerpos enmascarados”.
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El negativo recuperado ha sido impreso este año y alude a una situación extraña y desconcertante, en que el cuerpo aparece cubierto, camuflado, algo similar a lo que estamos viviendo en la actualidad. “Tiene que ver, justamente, con el lugar de nuestro cuerpo en este momento, es una referencia a estar cubiertos, a estar enmascarados, a estar separados, a estar sin rostro. Yo recordé el negativo y pensé en nuestros cuerpos hoy”, precisa la fotógrafa.
Una imagen creada en otro momento, pero que cobra actualidad con una lectura diferente: “Es lo que ocurre mucho con la fotografía —reflexiona Gandolfo—, y lo que pasa también en mi exposición retrospectiva, las lecturas que podemos tener de imágenes hechas en otro momento van cambiando y se van enriqueciendo”. Imágenes del pasado que, como la historia, dicen mucho del tiempo presente.
De colección
De Voz a Voz Perú es un proyecto desarrollado por el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) y El Comercio, con el auspicio de Telefónica. Durante 21 semanas diversos artistas presentarán una obra de colección.
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